Un movimiento de resistencia ha tomado forma en la industria de los videojuegos, con más de 500 estudios, que varían desde pequeñas empresas hasta programadores independientes, uniendo sus fuerzas en protesta contra los recientes cambios implementados por Unity, la empresa detrás del popular motor gráfico.
United Games Devs representa una carta abierta que aboga por una modificación en la estructura de tarifas de Unity. Uno de los cambios más significativos se refiere a la introducción de una «tarifa de instalación», que se aplicaría incluso a los juegos existentes en el mercado
De acuerdo a los desarrolladores, esta situación podría acarrear costos significativos para los estudios de menor tamaño, los cuales posiblemente carecerían de los recursos para hacer frente a estos gastos.
Más de 500 estudios se unieron para protestar en contra de Unity.
En el comunicado, el grupo enfatiza que el motor de Unity es una «fuerza clave en la industria», impulsando mundos inmersivos y apoyando a desarrolladores independientes. La percepción de los cambios en las políticas fue de resistencia. Además, se propone que los estudios suspendan Unity Ads y ironSource hasta que se haga una revisión de los cambios.
En respuesta a las protestas de los estudios, Unity anunció posteriormente ajustes en su nueva política, contemplando la posibilidad de aplicar un «porcentaje fijo» a los ingresos de los desarrolladores.
No obstante, esta modificación inesperada continúa generando disgusto entre los estudios, suscitando incluso sospechas en torno a posibles actos de ejecutivos que, aparentemente, vendieron acciones antes de la devaluación de la empresa por el anuncio de la política.
Fuente: GamesIndustry