En medio de las tensiones tecnológicas entre Estados Unidos y China, empresas como Micron se encuentran en el epicentro del conflicto. Ante este escenario, surge la pregunta de cómo debería el gobierno enfocar el desarrollo e investigación de semiconductores, así como la planificación del talento, en respuesta a estas nuevas circunstancias. Además, varios académicos estadounidenses han sugerido que, todo eso no solo se trata de los semiconductores, Estados Unidos y Taiwán podrían también colaborar en áreas como las tecnologías cuánticas, redes y biofabricación.
Un informe de la Oficina de Política Científica y Tecnológica (OSTP), habla de que Taiwán debería continuar con las inversiones en desarrollo e investigación de equipos, materiales y componentes basados en silicio para semiconductores. Esta recomendación surge en respuesta a las crecientes demandas en el ámbito informático, que incluyen desde ordenadores y teléfonos móviles, hasta automóviles y vehículos eléctricos.
Taiwán y EE.UU. Unidos
Taiwán tiene claro que no quiere quedarse rezagada, pero para avanzar requiere de la colaboración de sus socios, del mismo modo que estos necesitan de su tecnología y chips. Es un vínculo simbiótico que se está fortaleciendo, para descontento de China. Esta cooperación entre las dos naciones no se limitará únicamente a los chips, sino que se expandirá en otros campos.
En este sentido, Tsung-Tsong Wu (Ministro del Consejo de Ciencia y Tecnología de Taiwán) ha sido bastante explícito al señalar que TSMC tiene que evolucionar más allá de lo que es actualmente. Taiwán necesita crecer, necesita explorar nuevos campos. Con esto, Wu aludía a que la cooperación universitaria con Taiwán debería fomentar el desarrollo de nuevas aplicaciones industriales emergentes para el país, como la biofabricación médica inteligente o la tan mencionada tecnología cuántica.
Adicionalmente, la tecnología net-zero está en juego, con un acuerdo ya firmado que llevará a Taiwán y Estados Unidos al próximo nivel en los próximos tres años.
Problemas energéticos
Taiwán está mirando hacia el futuro desde una perspectiva energética. Nos encontramos al borde de una escasez global, en la que las energías tradicionales están siendo reemplazadas por las denominadas energías verdes, y ambos países quieren formar parte de esta transición. Específicamente, el acuerdo de tecnología net-zero, vigente desde este año hasta 2026, habla de que Taiwán esta desarrollando una nueva tecnología basada en una plataforma de energía eólica flotante a gran escala.
Esta iniciativa es relevante, considerando los problemas de suministro que tiene la isla, y con la tecnología net-zero, se puede aprovechar para seguir impulsando el crecimiento de TSMC y la industria de semiconductores. Pero se mira aún más lejos, ya que se están delineando proyectos espaciales para fabricar chips de alta frecuencia para satélites. Como es bien sabido, es muy complicado colocar chips en el espacio debido a la radiación solar, por lo que será un desafío a considerar.
Mientras tanto, China está notablemente descontenta con estos acuerdos. Considera que se viola su soberanía sobre la isla y se aleja del objetivo que han estado persiguiendo de una sola China durante más de 50 años. Con Hong Kong no tuvieron ninguna dificultad, nadie protestó vehementemente cuando Xi Jinping se hizo con el centro económico neurálgico de Asia, pero con Taiwán, la cosa cambia. Hay mucho más en juego debido a los chips y todo lo mencionado.