En el extremo de la placa, Sapphire ha optado por terminar con dos heatpipes con un plástico azul que le da la forma de los propulsores de un jet. Es un detalle que a pesar de no afectar al rendimiento ni a la refrigeración de la misma la hace ver muy bien, y al ser tan simple el diseño de la misma sin esto quedaría demasiado pobre para ser una Vapor-X.
Otra cosa que les quería mostrar es la base de aluminio que sostiene al disipador, se extiende por toda la superficie de la tarjeta y logra darle una solidez increíble, cuando la sostenes se nota la diferencia con otras placas ya que esta es muy robusta y sólida por lo que acabo de mencionarles.
La Vapor-X está alimentada por dos conectores PCIe 6 pines para satisfacer el TDP de 180w de la gráfica. Si observan bien, al lado de los conectores PCIe hay un pequeño botón con el logo de Sapphire, el cual sirve para cambiar la BIOS de la R9-270x, ya que les recordamos que está gráfica posee doble BIOS. De esta manera podemos tener una configuración bastante tranquila para no tener problemas y otra overclockeada en caso de que necesitemos mas potencia, y podremos alternar entre estos dos modos con solo apretar el botón. Ideal para salvarnos de un OC inestable.
En el panel trasero tenemos 4 puertos los cuales son un HDMI, dos DVI y un Display Port. Una novedad de esa serie de gráficas de AMD es que han optado por sustituir al Mini-DisplayPort por uno de tamaño completo, quitándonos el peso de encima de buscar un cable con puerto Mini-DisplayPort. También tenemos una pequeña rejilla para que pueda salir aire del interior del disipador y que no quede atrapado dentro.
El HDMI y el DisplayPort son capaces de soportar resoluciones 4k para juegos o películas, una exquisitez, pero una sola gráfica quizás no sea suficiente para jugar a resoluciones tan altas. En cuanto a los DVI soportan resoluciones menores de hasta 2560×1600 a 60hz, lo que no esta nada mal.