Oculus Rift y la cinta estática omnidireccional de Virtuix y Team Fortress 2, una combinación que nos permite un grado de inmersión realmente elevado y nos acerca la auténtica realidad virtual.
Gracias a la cinta podemos correr, saltar e incluso girar y desplazarnos lateralmente sin demasiado peligro, gracias a esa especie de retenedor que mantiene al usuario en su sitio. Kinect recoge la información y el Oculus Rift pone el toque visual.
No cabe duda de que el resultado final es bastante bueno, sobre todo si tenemos en cuenta que Omni está aún en fase de prototipo y no tiene, ni siquiera, fecha concreta de salida ni precio. Con todo, cabe esperar que este último sea relativamente alto, quizá entre los 200 y los 500 dólares, algo que lo alejaría considerablemente del mercado de consumo general.
De momento no podemos anticipar acontecimientos, pero lo cierto es que plantea muchas posibilidades, incluso más allá de los juegos.
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