Las autoridades en Taiwán han sentenciado a un hombre a nueve años de prisión por hacer explotar una bomba en una fábrica de TSMC en 2022. El acto aparentemente derivó de un conflicto entre dos empleados de la compañía, lo que llevó a uno de ellos a intentar resolver el asunto utilizando un dispositivo explosivo. La explosión resultante causó graves heridas a una persona y afectó a otras, además de causar daños colaterales en las operaciones del lugar.
El individuo, conocido como «Lai», tenía problemas con un colega que, según él, no estaba cumpliendo con sus responsabilidades laborales y lo estaba ignorando. En entornos de fábrica asiáticas, cuando un empleado no cumple adecuadamente con sus tareas, esto puede repercutir en una carga de trabajo adicional para sus compañeros, lo que se convirtió en un problema para Lai. En enero de 2022, Lai vigiló el estacionamiento de TSMC y esperó a que su colega se acercara a su moto al final de su turno. Había colocado una bomba con control remoto en el vehículo, la cual detonó cuando su compañero llegó al lugar. Durante las investigaciones, se encontraron sustancias pirotécnicas y pólvora en la residencia de Lai.
La víctima, llamada «Chen», tuvo la suerte de sobrevivir, ya que Lai entró en pánico y detonó la bomba antes de que subiera a su vehículo. No obstante, sufrió heridas graves, incluyendo la parcial amputación de un dedo, y varios fragmentos de la explosión quedaron incrustados en su abdomen, brazo y cabeza. Otros empleados de TSMC también sufrieron quemaduras menores o pérdida de pertenencias, como teléfonos inteligentes.
Que dice TSMC de todo esto?
La empresa no se pronunció oficialmente sobre lo sucedido. El empleado de TSMC sería declarado culpable de intento de asesinato, pero el juez entendió que Lai no quería matar a Chen, sólo asustarlo. Las consecuencias de su acto, a pesar de preocupar a las autoridades, tampoco dejo daños a largo plazo, ya que Chen sobrevivió y mantuvo todas sus funciones corporales en buenas condiciones.
Vale la pena señalar que existe una gran preocupación por las bombas en Taiwán, y los empleados de las fábricas se concentran en inspeccionar las máquinas que llegan a sus instalaciones para encontrar rastros de ellas. Con la amenaza entre China y Estados Unidos, ni siquiera las corporaciones se sienten seguras y es probable que esta tensión geopolítica se mantenga al menos por algún tiempo.