Al parecer, Modern Warfare III se desarrolló en tan solo 16 meses, eso es aproximadamente la mitad del tiempo habitual para los juegos de Call of Duty. Varios empleados del estudio Sledgehammer compartieron sus experiencias y destacaron la necesidad de la compañía para que trabajen largas horas y fines de semana antes del lanzamiento del juego. A esta práctica se la conoce como ‘Crunch’.
Modern Warfare III se habría originado como un DLC de MWII. Estos empleados indicaron que habría sido más viable lograr desarrollar una expansión exitosa en un plazo más corto. No obstante, el proyecto se reinició para convertirse esencialmente en una entrega completa de Call of Duty.
Según los desarrolladores, esto generó sentimientos de «traición» y decepción hacia sus superiores, ya que se les presionó tanto para trabajar intensamente y cumplir con el ajustado plazo de lanzamiento, algo que naturalmente deseaban evitar.
Además, los empleados expresaron su falta de interés en trabajar en MWIII. Tras el lanzamiento de Vanguard, el estudio propuso un juego ambientado en el mundo de Advanced Warfare, denominado en clave Anvil. Sin embargo, antes de que esta idea pudiera materializarse, se informó al equipo que se dedicarían al desarrollo de Modern Warfare III.
Durante el desarrollo del shooter, el personal experimentó frustración debido a la supervisión de su contenido por parte de ejecutivos de Infinity Ward, otro desarrollador de Call of Duty. Se enfrentaron a «ineficiencias» al esperar comentarios y realizar cambios, a veces no deseados, basados en opiniones de sus superiores.
Fuente: VGC