Hace unos días la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft, anunciada a principios de 2022, fue aprobada por las autoridades chilenas. Luego de una etapa inicial de investigaciones sobre un posible impacto en la industria de los juegos, el acuerdo fue aprobado por la Fiscalía Nacional Económica (FNE).
El organismo chileno descartó cualquier posibilidad de que la fusión entre las empresas pueda reducir la competitividad en el mercado. La decisión se basó en las pruebas enviadas por las empresas, un análisis del mercado local y las preferencias de los consumidores chilenos.
La FNE afirma que no cree que Call of Duty se convierta en una franquicia exclusiva, gracias a la presión competitiva de compañías como Electronic Arts, Ubisoft y Take-Two. El organismo tampoco cree que la fusión afectará la capacidad de Sony y Nintendo para competir en el mercado local.
También establece que la franquicia no tiene un gran impacto en los mercados latinoamericanos en comparación con otras regiones del mundo. Para finalizar, la FNE concluye que la fusión de las empresas no hará que los consumidores cambien sus consolas solo para jugar al FPS.
Hay una gran creencia de que la franquicia debe quedarse en PlayStation ya que le genera «ingresos significativos». Activision afirma que está muy feliz con la decisión de las autoridades chilenas, y cree que los otros organismos reguladores deberían hacer lo mismo.
Actualmente, la FTC estadounidense demandó a Activision Blizzard y Microsoft para detener la compra. El día martes 3 de enero comenzaron las primeras audiencias del caso, que podría ir a juicio a partir de agosto de este año, arruinando los planes de Microsoft de finalizar la adquisición antes del fin del año fiscal.
Fuente: GamesIndustry