Recientemente la desarrolladora Warhose Studios junto al Publisher Deep Silver, sacudieron el mundo de los simuladores medievales con la release del título Kingdom Come: Deliverance, un RPG de mundo abierto, históricamente fiel, lleno de aventura, complots, peleas de bar, cacerías furtivas y mucho pero mucho más. Con elementos de simulador de combate medieval, este juego fue elaborado usando el potente motor CryEngine, y ya ha recibido la ovación de gran parte del público fanático de la épica bélica de la edad media, junto con un merecido premio de la Gamescon 2017 (Best PC Game). Hora de adentrarse en la oscura Hungría del medioevo, siguiendo las aventuras del polifacético Henry.
Kingdom Come: Deliverance (KCD), se ubica en una posición estable entre un simulador medieval y un Sandbox RPG de mundo abierto. Con un potente motor gráfico y unas mecánicas de combate notablemente complejas, sin duda alguna, es uno de los mejores que han salido hasta la fecha.
Se trata de un juego sumamente complejo, para poder analizarlo a fondo, es necesario comprender los orígenes del mismo, así como el contexto socio-histórico en el que se basa.
Elaborado por el equipo de Warhorse, un estudio independiente con base en Praga, Republica Checa. Armados con un plantel de experimentados veteranos, los muchachos de Warhorse han participado de notables producciones como el Mafia y Mafia 2 y la trilogía Original WAR, UFO. Algunos de los componentes esenciales del team incluyen al Director y Diseñador Líder Daniel Vávra; el autor del famosísimo RPG Dragon’s Lair: Martin Klima; Viktor Bocan, screenwriter con más de 15 años de experiencia en el sector y Tomás Blaho, programador de gráficos que ha trabajado en importantes títulos, como el Forza Horizon, por ejemplo. Un equipazo.
No es de extrañarse entonces que hayan elegido darle un papel principal a la veracidad histórica a este título. La línea argumental es impecable, el protagonista, Henry es un personaje entrañable y sumamente decidido, abandonado a su suerte en un mundo desconocido y cruel, deberá hacer uso de todo su ingenio y resolución para sobrevivir a la debacle histórica de su país natal la antigua Hungría. Parte del Sacro Imperio Romano, gobernado por el Rey Carlos, hijo de Wenceslao, el cual ha entrado en guerra con su hermano Segismundo, quien se dispone a asolar las tierras de Bohemia en compañía de su ejército de mercenarios Cumanos.
KCD nos transporta atrás en el tiempo desde una perspectiva en primera persona muy bien trabajada. Veremos los paisajes de la Hungría del año 1400 a través de los ojos de un simple aprendiz de herrero. Nada de héroes legendarios, eso me gustó.
En Kingdom Come: Deliverance, no todo es darse de puñetazos o espadazos con todo el mundo. Las misiones requieren carisma e inteligencia, astucia y a veces un poco de suerte. Las escenas de humor combinadas con un trasfondo de la historia sumamente bien trabajado, hacen de KCD una experiencia medieval única, que sin duda gustará a fanáticos del medievalismo.
El apartado gráfico de KCD es sublime. Desde el más mínimo detalle hasta el mapeado completo, respira medioevo. Es sorprendente la precisión con la que está trabajado, no han escatimado en gastos a la hora de recrear las tierras de la Bohemia medieval, y han elegido un motor gráfico ideal para hacerlo. Es uno de esos juegos para pararse y admirar el paisaje. Quizá la única falla del apartado gráfico es la falta de texturas en 4 k, que le darían un toque extra, pero también sufre con algunas de las texturas de bajos polígonos como el pasto o las hierbas, aunque el resto es asombroso. Definitivamente de los mejores que he visto.
No se trata simplemente de un apartado gráfico asombroso, la iluminación y las partículas también son uno de sus puntos fuertes. Los efectos de dispersión de sangre, barro, el desgaste de la ropa y la armadura, son asombrosos.
Ya saben, si no lo juegan al máximo potencial, es un juego que no es para ustedes. Tiene una calidad gráfica tal que se sale un poco de las escalas. Esto también trae consecuencias, fundamentalmente en la optimización de tiempos de carga, que es uno de sus elementos más flojos.
En un principio, las mecánicas del Kingdom Come: Deliverance, pueden resultar complejas y difíciles de entender. El combate en su mayoría, depende de un sistema de posicionamiento de cursor y de combinación de teclas en sincronización que llega a ser frustrante por momentos y alucinante por otros. Es uno de esos detalles que hacen al juego super difícil, o sumamente sencillo una vez que le agarras la mano. Ódienlo o ámenlo, el juego es así de extremo.
Por supuesto que un RPG no sería nada sin las armas de la época: espadas, cachiporras, luceros del alba, hachas, picos, martillos, etc. Sin embargo, llama la atención, que las armas largas como alabardas, picas y lanzas no tengan un árbol de habilidades correspondiente y si bien están incluidas dentro del juego, y las podemos “usar”, no así vender, o transportar apropiadamente. Parece ser que los de Warhorse lo dejaron para un futuro DLC, o parche de actualización.
¡Y que sería de nuestro héroe Henry sin su fiel corcel! La verdad, no desearía ver un juego ambientado en el medioevo donde no hay caballos o jinetes, algo sumamente esencial en un título de este estilo. Kingdom Come: Deliverance no decepciona, aunque tiene sus detalles. Las mecánicas de montura y combate a caballo, lógicamente son complejas, pero también muy intuitivas. Si, se siente un poco tosco el movimiento del caballo, especialmente el salto, en algunas ocasiones, al tratar de burlar a un gran número de enemigos montados, se vuelve difícil saltar obstáculos y el caballo suele “tosquearse”. Ni suma ni resta.
Con respecto a la progresión del personaje, podemos decir que KCD no es un simple RPG de subir experiencia y matar enemigos. Henry tiene un abanico de habilidades para desarrollar: desde diálogo a herboristería, combate sin armas y hasta habilidad de montura. Cada actividad dentro del juego, suma puntos a la progresión de una de esas áreas en particular, mientras que muchas de ellas, como por ejemplo la Alquimia y la Lectura, están íntimamente ligadas (necesitas saber leer para poder entender las recetas de pociones), o el combate sin armas al “arte de la guerra” (subiendo combate sin armas desbloqueamos maniobras de combate). Así mismo, cuando vamos subiendo dichas habilidades, desbloqueamos pasivas que mejoran las stats de Henry, hasta podremos convertirlo en un ávido bebedor y peleador de taberna. Me pareció un sistema de progresión sumamente bien logrado y desafiante.
Con respecto a las mecánicas de disparo (tiro con arco) quede poco satisfecho. Está bien trabajar el realismo y en ese aspecto, no hay nada de lo que quejarse (de hecho, el arco carece de mirilla, como era de esperarse) pero una de las cosas que me molestaron, es que al subir de habilidad el tiro con arco, no mejora notablemente la habilidad del personaje para disparar. Solamente mejorando las estadísticas de Agilidad y Fuerza, lograremos equiparnos con mejores arcos y flechas y ahí si notaremos la diferencia.
Otro de los puntos flojos que tiene el juego, es el sistema de guardado. Requiere que bebamos un brebaje conocido como “Schnaps Redentor” que cuesta muchísimo oro, pero, que, como contrapartida, tiene una facilidad de preparación bastante elevada (es la primera poción de alquimia que se aprende) pero bueno, ya saben, si no le enseñan a Henry a leer, no podrán salvar la partida.
Los compositores de KCD, Jan Valta y Adam Sporka se han encargado de la realización de una banda sonora que suma calidad a la ambientación del juego. Las composiciones mezclan transiciones que van desde lo épico hasta la marcha bélica, en un sinfín de patrones culturales típicos de la región húngara.
La instrumentación combina tonos de clarín y cuerda con bajos, violines, chelos e instrumentos de viento como flauta dulce y flautín. Realmente les recomiendo que se tomen un tiempo para escuchar estas melodías, son formidables.
Sin duda alguna al componer la banda sonora, pensaron en un juego de exploración que por momentos recuerda mucho al Skyrim, y a otros sandbox donde el apartado de escenario es sumamente importante. Da mucho gusto agarrar el caballo y ponerse a explorar libremente por el enorme mapa lleno de bosques, colinas y arroyos al ritmo de las melodías medievales que han sabido componer estos músicos. Punto a favor definitivamente.
En cuanto a los sonidos ambientales, sin duda alguna están trabajados con sumo lujo de detalle. Desde el sonido de la rueda de un molino de agua, hasta los chirridos de los pájaros típicos de la región (sí, me puse a verificar que los pájaros fueran histórica y geográficamente correctos) y déjenme decirles, los chicos de Warhorse se mandaron un trabajo de lujo. Punto extra. Tan solo basta salir a cazar un poco con el arco en uno de los tantos bosques para notarlo, es el sonido de fondo más limpio y natural que he tenido el gusto de escuchar en un juego.
Poniendo las cosas sobre la balanza, podemos decir que Kingdom Come: Deliverance es un título formidable. En el amplio sentido de la palabra. Si nunca jugaron un simulador medieval o un RPG medieval, es uno de esos juegos que les hace desear haberlos jugado antes. Si ya habían agarrado el gusto por este tipo de juegos con anterioridad, les aseguro que KCD no los va a decepcionar.
El juego tiene unos gráficos alucinantes y, salvando algunos pequeños detalles y problemas de optimización, vale la pena jugarlo solo por apreciar esos paisajes asombrosos de la Bohemia del medioevo.
Las mecánicas no tienen nada que envidiar a ciertos títulos similares, son complejas, pero efectivas. Se siente la adrenalina del combate en primera persona a un ritmo que no da treguas y donde el más mínimo error puede costarnos una muerte espantosa.
Tiene sus cosas en contra: el sistema de guardado, algunos errores en los colisionadores, algunas resoluciones de bajos polígonos y algunas mecánicas flojas. Pero lo compensa notablemente con su poderoso motor gráfico, su escenografía compleja y atractiva y sus personajes memorables, además de una línea argumental sólida y estructurada de forma tal, que resulta atrapante e inmersiva a la enésima potencia.
Definitivamente, es un juego que tienen que jugar, tanto si son amantes de los RPG, como de los combates medievales. Muy recomendado.
A favor:
- La historia y los personajes.
- La inmersión y la ambientación.
- Los gráficos y escenarios.
- Mecánicas de combate.
En contra:
- Gameplay a veces tosco
- Sistema de guardado.
- Tiempos de carga lentos o mal optimizados.