Uno de los principales requisitos de todos los equipos con Windows 8 será UEFI que sustituirá definitivamente a la venerable BIOS. Esto no afectará en principio a la posibilidad de instalar Linux, ya que dicho firmware es compatible con Linux 2.6 y superiores.
El problema viene en uno de los requisitos que Microsoft impondrá a los OEMs, y es que todo el firmware y software del proceso de arranque deberá ir firmado por una “Autoridad Certificada”. Con esto se pretende conseguir un proceso de arranque seguro o arranque “endurecido”, exigencia que Microsoft extenderá a todos los dispositivos equipados con Windows 8.
Esto supone que al tener que ir firmadas todas las partes del proceso de arranque, para que la cadena del mismo funcione, el cambio a una versión UEFI no firmada podría impedir el arranque del sistema. La solución sería utilizar versiones de Linux firmadas digitalmente, una solución que resulta bastante complicada si tenemos en cuenta que en principio las únicas firmas autorizadas serían las del OEM y las de Microsoft.