Y así es como un sector tan ligado a la optimización de un S.O se siente frustrado al ver como el nuevo Windows 8 consume lo mismo que la versión anterior.
Los usuarios saben que no va a ser necesario el agregado de más memoria RAM en los equipos y las empresas dedicadas a la producción de DRAM ven como no va a mejorar las ventas de módulos por lo que no habrá un incremento notable para salvar del pozo en el que está metido hace tiempo estas industrias en particular. Porque si algo estaban esperando es que se venga un nuevo Windows, en este caso el 8 y obligue a los consumidores a tener que comprar mejores memorias RAM para poder moverlo, pero parece que esto no va a ser necesario ya que Windows 8 necesita el mismo hardware que Windows 7 y nadie, o muy pocos, incrementaran velocidad, latencia o capacidad de las memorias RAM.
Era habitual para el sector de las DRAM que con cada salida de un nuevo Windows las ventas se doblaran en cantidad, pero en esta ocasión están llegando a unos pocos 8% de incremento en la venta, y las esperanzas se diluyen con gran facilidad.
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