Después de gastar 4,3 mil millones de dólares para la división de HDDs de Hitachi y 700 millones para comprar la planta tailandesa de HDDs de Toshiba, el Consejo de Administración de Western Digital aprobó una recompra de acciones de 1,9 mil millones de dólares.
Es bastante raro ver que se gastan estas cantidades de dinero, sobre todo en efectivo, sólo unos meses después de las catastróficas inundaciones que afectaron a Seagate y Western Digital.
En el trato con Hitachi, 3,4 mil millones de dólares se pagaron en efectivo, mientras que el resto representó las acciones de WD. Los 700 millones de dólares pagados esta primavera también fueron en efectivo, ya que los dividendos no se pueden pagar con acciones.
El movimiento de Western Digital viene sólo unas semanas después de que Seagate hizo lo mismo y aprobó una recompra de acciones de más de 2,5 mil millones de dólares.
En los años ’90 y durante la década pasada, la industria de discos duros estaba plagada de sobreproducción y sobrecarga.
Los fabricantes se veían obligados a producir más de lo que exigía el mercado porque era la única forma de conseguir componentes a precios más bajos.
Cuando un disco duro de 1 TB costaba sólo 50 dólares (39 euros), un fabricante de HDDs tenía que comprar componentes muy baratos para mantener los costes en equilibrio, con el fin de que los discos duros no sean demasiado caros.
Los fabricantes de unidades de disco duro hacían todo lo posible para atraer a los clientes, incluso ofrecían garantías de 3 a 5 años.
Hoy en día sólo podemos soñar con garantías de 3 años y con los precios de las unidades de disco duro del año pasado.
Ahora que están controlando más del 90% del mercado mundial de HDDs, Seagate y WD decidieron jugar la gran carta.
A pesar de tener enormes existencias de productos (que permitieron a Seagate enviar más unidades que el año anterior incluso con las fábricas afectadas), las dos empresas han decidido pedir unos precios desorbitantes a cambio de sus productos, a veces un 300% más altos de lo que pedían antes de la supuesta crisis.
El mercado entró en pánico y comenzó a comprar más discos duros para los ‘descuentos’ de última hora y, durante un período, las tiendas digitales se toparon a un tal llamado síndrome ‘fuera de stock’.
Este problema no fue generado necesariamente por la interrupción de la producción, sino por el hecho de que los grandes OEMs estaban comprando HDDs como locos para asegurar el suministro para sus propios sistemas.
Será bastante interesante ver si los precios de las HDDs volverán alguna vez a los niveles de la primavera del 2011.