Una de las paradojas de Twitter, un servicio y red social que ha visto su base de usuarios multiplicada durante los últimos meses, es que su sitio web y supuestamente primer sitio para consumir sus contenidos y disfrutar de sus servicios deja bastante que desear. Muchos de sus usuarios prefieren alternativas como TweetDeck, razón por la cual la startup del microbloggingse hizo con ella hace relativamente poco, y que generaba el descontento de muchos.
A lo largo de su historia se han visto numerosos cambios de interfaz con el fin no sólo de dar un aspecto más fresco, sino de mejorar y solucionar los problemas de usabilidad que tiene. Y aunque ésta vez no se haya hecho un cambio de interfaz o de look & feel, sí que ha afectado al rendimiento del sitio, algo que hacía mucha falta.
Twitter renueva así los mecanismos que hacen que Twitter.com funcionen, y vuelve a mover un puñado de elementos directamente a sus servidores. Me explico. En 2010 Twitter se actualizaba y, seguramente, por el creciente número de usuarios, destinaba determinados elementos a su ejecución de forma offline en el cliente, es decir, en los navegadores de los usuarios, algo que afectaba al rendimiento de la página en la mayoría de los casos. Ahora Twitter rectifica y admite que hay varias optimizaciones que sólo son posibles gracias a su funcionamiento en el servidor.
¿Y en que se traduce esto para el usuario? Bueno, supuestamente en el mejor rendimiento de la página web, con tiempos de carga hasta un 20% más rápidos y con una ejecución mucho más unificada independientemente del navegador en que la usemos. Además, se han hecho algunos cambios técnicos, como por ejemplo la eliminación del famoso hashbang #! En las URIs, algo que pretende ir enfocado a la forma en la que el cliente (de nuevo el navegador) interpreta la dirección y carga las páginas.
De momentos se sabe que los cambios ya han empezado, aunque habrá que esperar unos días o semanas para que lleguen de forma completa, y para que alcancen a la totalidad de los usuarios de un servicio que parece estar en su mejor momento, pese a que muchas veces los clientes para consumirlo no estén a la altura de la idea.