Ayer por la tarde, SpaceX probó nuevamente su ambiciona nave Starship, la cual promete volver a llevar seres humanos a la superficie lunar y, un poco más tarde, dejar al primero de nuestra especie en Marte.
El vuelo se realizó con el prototipo SN9 tras conseguir la autorización de las FAA de los Estados Unidos. Por lo que pudimos ver en la transmisión, la prueba de 10km de altitud fue exitosamente similar a la de su hermano menor, el SN8, aunque sufrió el mismo trágico final.
Tras apagar sus motores, Starship SN9 descendió bajo un control aerodinámico activo, logrado por el movimiento independiente de dos flaps delanteros y dos traseros presentes en el vehículo. Sin embargo, durante la maniobra de aterrizaje, uno de los motores Raptor no se volvió a encender y provocó que la nave aterrizara en diagonal a alta velocidad y acabase estallando al tocar el suelo.
Sin embargo, y al contrario de lo que pueda parecer a simple vista, la prueba de Starship se considera exitosa. No hay que olvidarse que este es recién el segundo prototipo que vuela de esta nave, y toda la información que registra la computadora en cada vuelo es esencial para mejorar los prototipos siguientes.
“Estos vuelos de prueba tienen como objetivo mejorar nuestra comprensión y desarrollo de un sistema de transporte totalmente reutilizable diseñado para transportar tanto a la tripulación como a la carga en vuelos interplanetarios de larga duración y ayudar a la humanidad a regresar a la Luna y viajar a Marte y más allá”, explicó SpaceX.
Ayer por la mañana, la empresa de Elon Musk nos dejó esta imagen épica, casi surrealista, con el SN9 (derecha) y el SN10 ya terminado (izquierda) posando al amanecer.