Un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge ha llegado a la conclusión de que el magnetismo puede utilizarse para el enfriamiento de procesadores.
El gas comprimido se convierte en estado líquido, pero se evapora en el momento de ser expandido. Para evaporarse, necesita calor del medio ambiente.
Obviamente, esto no tiene nada que ver con los disipadores del ventilador, pero explica por qué el nirógeno líquido y el helio funcionan tan bien para los productos de enfriamiento durante los momentos de overclocking.
Los investigadores de Cambridge piensan que tienen una alternativa al gas: el magnetismo. Un material es sometido a un ciclo de magnetización y desmagnetización para crear un efecto magnetocalórico.
La temperatura de ciertos materiales se modifica cuando se introducen en un campo magnético. Por desgracia, el magnetismo también tiende a afectar los chips electrónicos, la memoria del ordenador y básicamente todos los componentes tecnológicos.
Los investigadores Luis Hueso, Andreas Berger y Odrej Hovorka de nanoGUNE tienen la solución: el magnetismo sin campos magnéticos – tensionando los materiales.
“Tensionando el material y después relajándolo, se crea un efecto similar al del campo magnético, induciendo así el efecto magnetocalórico responsable de la refrigeración”, dijo Luis Hueso, líder del grupo de nanodispositivos en nanoGUNE e investigador de este estudio.
“Esta nueva tecnología nos permite tener un método de refrigeración más local y más controlado, sin afectar al resto de las unidades del dispositivo, y en acorde con la tendencia a la miniaturización de dispositivos tecnológicos”, añadió.
Ahora todo lo que hace falta es encontrar materiales eficientes, económicos y ecológicos. Hasta ahora se han desarrollado películas de 20nm formadas por lantano, calcio, manganeso y oxígeno.