Las características más importante siguen siendo excelentes, y lo que hace SteelSeries es eliminar algunos de los aspectos más pro. Por ejemplo, sigue teniendo un sensor de 5.700 dpi y la ergonomía se mantiene idéntica. Varía el material con el que está fabricado, que pasa de ser metal a plástico para el RAW con dos vertientes: plástico brillante o con un acabado de goma que sufrirá un agarre mayor. Este aspecto implica también un cambio en el color externo, que pasa de gris metálico a negro.
Sigue teniendo el mismo número de botones programables, pero los perfiles internos han bajado de cinco a uno único. También tiene cierta iluminación en los botones y en el pequeño panel trasero, justo debajo de la muñeca, pero en vez de ser personalizable en en 16 millones de colores ahora es fija: un único color, el blanco. Así se ahorran costes, claro.
Y por supuesto, lo que sí se mantiene es el cable USB que evitará enredos.