Cuando salió The Outer Worlds en 2019, Obsidian hizo algo que no se veía tan seguido. Sacó un RPG con todas las letras, divertido, con personalidad propia, y sin necesidad de meter mapas gigantes ni cosas raras. El juego apostaba fuerte al humor, a ese universo retrofuturista tan bien construido, teníamos libertad real para decidir qué tipo de personaje querías ser. No era perfecto, pero se ganó su lugar y se hizo querer.
Claro que tenía sus cosas. El combate se sentía medio flojo, y la parte del rol, no terminaba de explotar. A veces daba la sensación de que el juego quería ir más allá, pero algo lo frenaba. Igual, fue una grata sorpresa para muchos, un RPG que no te exigía 200 horas para engancharte, y que te dejaba jugar a tu manera desde el primer momento.
Ahora, con The Outer Worlds 2, Obsidian vuelve con ganas de redoblar la apuesta. Agarraron todo lo que funcionaba.
La historia
The Outer Worlds 2 está ambientado en el mismo universo sci-fi que el original. Pero arranca con una historia completamente nueva, lo cual es ideal tanto para fans como para quienes se suben por primera vez a esta saga. Encarnamos a un comandante enviado a Arcadia en una misión encubierta para investigar misteriosas fracturas que amenazan la galaxia. Como era de esperar, todo sale mal, y el jugador queda con una sola opción, salvar a la humanidad. Bueno, por lo menos intentarlo.
Lo bueno es que no hay un único camino. Acá las decisiones sí importan, y afectan de forma visible el desarrollo de las misiones. Las relaciones con facciones, y hasta eventos mucho más adelante que parecen no tener relación, pero sí la tienen. Todo lo que hacés o dejás de hacer, puede tener consecuencias. Incluso cosas tan simples como una línea de diálogo mal elegida pueden cerrar puertas o abrir otra completamente distinta.
Obsidian bajó un poco el nivel de humor bizarro que caracterizaba al primer juego, pero sigue habiendo momentos descolocados y referencias claras a cosas como Futurama.
Jugabilidad
El sistema de creación de personajes cumple. El editor en sí no es súper profundo, pero lo interesante arranca después. Elegís tu pasado, repartís stats, definís virtudes y defectos, y todo eso afecta cómo te movés por el mundo. ¿Una puerta cerrada? Podés tirarla abajo, hackearla o buscar una vía alternativa. Siempre hay más de una forma de encarar un problema, y eso es lo que hace que el juego se sienta diferente con cada aventura.
Con el tiempo vas sumando ventajas, perks, mejoras y habilidades que te obligan a especializarte en algo, y eso se nota también en los diálogos. Un detalle que nos gustó mucho, el juego te muestra incluso las respuestas que no podés elegir, con el requisito al lado. Y eso, seamos sinceros, te deja manija para una segunda vuelta donde puedas probar otro camino.
Los menús son claros, los tutoriales explican lo justo y necesario. Si no sos un experto en RPGs, igual vas a entender cómo funciona todo en minutos. Está pensado para que lo disfrute cualquiera, sin perder profundidad para los que quieren ir más a fondo.
El Combate, tiene una mejora clara
Si jugaste el primero, lo vas a notar al toque, el combate en The Outer Worlds 2 está mucho mejor. No, no es un FPS de esos que te vuelan la cabeza, pero ahora se siente más ágil, más variado y más divertido de jugar. Hay muchas armas, algunas con diseños bien delirantes, y otras más clásicas pero igual de efectivas. Lo bueno es que podés encarar cada enfrentamiento como más te guste, ya sea yendo de frente, por las sombras o con gadgets raros.
También hay armas cuerpo a cuerpo, aunque, las pesadas todavía necesitan amor. Se sienten duras, con animaciones medio toscas, y la experiencia no termina de cerrar del todo en ese aspecto.
El loot está bien pensado, sin volverte loco con cosas innecesarias. Acá las armas no tienen nivel, solo rareza. Esto significa que si encontrás una legendaria al principio y te gusta, la podés usar hasta el final sin dramas. Eso le saca peso al típico grind y hace que te enfoques más en jugar que en revisar numeritos.
Y ojo con los compañeros, no están solo de adorno. Suben de nivel, tienen habilidades propias, te bancan en el combate y también tienen peso en la historia. Algunos te tiran la posta, otros te discuten y hasta pueden meterse en tus decisiones más importantes. Sentís que están vivos y que de verdad influyen en cómo avanzás.
Exploración, estructura y misiones
The Outer Worlds 2 esquiva un error que se volvió muy común en los RPG modernos. No se va de mambo con mundos gigantes que después están vacíos o mal aprovechados. Acá tenés zonas abiertas, sí, pero bien contenidas, llenas de detalles, actividades y personajes con algo para decir. Cada planeta que visitás se siente único, manejable y lleno de cosas por hacer, sin abrumarte con iconitos por todos lados.
Lo mejor es que las misiones secundarias están al nivel de la historia principal, y eso no pasa tan seguido. No son simples rellenos, muchas tienen impacto real o te desbloquean caminos alternativos en otras quests. Y hablando de eso, casi todas las misiones, se pueden encarar de formas distintas. Podés negociar, meterte de infiltrado, hacer favores, traicionar a alguien o directamente entrar a los tiros. Nunca sentís que hay una sola forma de avanzar, y eso te da ganas de probar todo.
En una primera vuelta podés terminar el juego entre 20 a 25 horas, pero la gracia está en que una sola partida no alcanza para verlo todo. Hay decisiones que cierran rutas enteras o cambian eventos clave. Rejugar The Outer Worlds 2 no es solo recomendable, es parte de la experiencia. Vas a querer volver, con otro personaje, otro enfoque, y ver qué pasaba si hacías las cosas distinto.
Gráficos y audio, cumplen
A nivel visual, The Outer Worlds 2 no va a ser lo mejor de lo mejor, pero cumple. Los interiores están bien trabajados, los modelos de personajes y armas tienen buen nivel de detalle. Pero si mirás de cerca, te das cuenta de que está un paso atrás frente a otros AAA actuales. Se nota que hubo más foco en lo narrativo y jugable que en pulir lo técnico al máximo.
La inteligencia artificial también tiene momentos flojos. En modo sigilo, por ejemplo, podés vaciarle los bolsillos a un NPC estando al lado de otro y ni se mosquea. No arruina la experiencia, pero te saca un poco del clima. Por suerte, la dirección artística es muy buena, lo retrofuturista funciona, tiene personalidad, y aunque no todos los escenarios brillan igual, hay varios diseños que realmente se destacan.
El audio acompaña bien. Las voces están bien actuadas, los efectos suenan como tienen que sonar, y la ambientación cumple su rol sin molestar. Eso sí, la banda sonora no esta mal pero, no genera esos momentos épicos que recordás después de cerrar el juego. Un plus interesante, podés jugar en primera o tercera persona, y ajustar el tipo de cámara desde las opciones, algo que muchos van a agradecer.
Rendimiento, lo único que importa? NO
Jugamos The Outer Worlds 2 con un Intel Core Ultra 7 265K y una RTX 5090, o sea, hardware más que sobrado. Como era de esperarse, el juego corre excelente, con muy buenos FPS en todas las resoluciones y sin bugs graves que arruinen la experiencia. Todo anduvo como tenía que andar, sin crashes, glitches raros ni bajones incómodos. En ese sentido, se nota el trabajo de optimización.
En 4K, el rendimiento base fue de unos 92 FPS. Al activar DLSS 4 en modo 2x, 3x y 4x subimos a 150, 210 y hasta 265 FPS, respectivamente. Incluso con ray tracing activado, el juego mantiene buenos FPS, llegando a más de 200 FPS con DLSS en 4x. En resoluciones más bajas como 2K y 1080p, los números se disparan, hasta 400 FPS en 2K y casi 500 en 1080p con DLSS. Todo esto muestra que, con una buena GPU, vas a poder exprimir el juego al máximo sin drama. ¿Tenés un equipo más modesto? Tranquilo, con DLSS activado, el rendimiento sigue siendo muy estable.
Conclusión de una secuela que hace las cosas bien
The Outer Worlds 2 no viene a reinventar el género, y tampoco lo necesita. Lo que hace, lo hace bien, y en muchos aspectos supera con claridad al primer juego. La narrativa es más libre, las decisiones pesan de verdad, los personajes tienen historia y voz propia, y el sistema de roleo te permite jugar como se te cante. Es un RPG moderno con alma clásica, y eso se siente en cada planeta que pisás.
El combate es uno de los puntos donde más se nota la mejora. No es perfecto, pero ahora responde mejor, tiene variedad y hasta incentiva a buscar builds locas para encarar los desafíos de distintas formas. Visualmente no es el más potente del mercado, y algunos detalles técnicos podrían estar más pulidos, pero la dirección artística y la ambientación hacen su trabajo y logran meterte de lleno en este universo retrofuturista tan particular.
Lo que realmente lo destaca es su rejugabilidad. Terminás la primera partida y ya estás pensando cómo sería hacer todo al revés, con otro personaje, otras decisiones, otros aliados. Y no porque el juego te lo pida, sino porque tenés la sensación de que todavía no viste todo, de que cada camino abre historias distintas. Ese es el sello de un buen RPG, que no se agota en una sola vuelta.
Si sos fan del rol con libertad real, si te gustan los universos sci-fi con crítica social, personajes raros y elecciones morales que no son blanco o negro, entonces The Outer Worlds 2 te va a encantar.
Ah, y como era de esperarse, The Outer Worlds 2 estára disponible desde el día uno en Game Pass.
