¿Alguien recuerda los albores del CD y Laserdisc en los videojuegos? Era una época confusa, los desarrolladores no estaban seguros de qué hacer con esa tecnología y en un arrebato de arrogancia ciega decidieron desafiar los designios del señor y trataron de cruzar la línea que separaba a videojuegos de películas. Es así como nacieron exponentes tales como Night Trap, Mad Dog McCree, Lair’s Quest, Time Gal y muchos, muchos más. Algunos fueron pésimos, algunos fueron casi aceptables, pero en general los juegos FMV quedaron olvidados antes de que el Y2K nos aterrorizara. Pasaron muchos años, la tecnología avanzó, la industria creció, y la gente de Remedy (Max Payne, Alan Wake), con el apoyo de Microsoft, decidió que era momento de tratar de desafiar a los dioses nuevamente, de esta manera llega a nosotros Quantum Break, un experimento multimediático para Xbox One y PC que intenta mezclar el dinamismo de los videojuegos con la pasividad de mirar una serie de televisión.
Decir que Quantum Break no es un título ambicioso sería desestimar el trabajo (y el presupuesto) que acompañó el desarrollo de este emprendimiento. Para empezar el juego está divido en dos partes; por un lado tenemos el juego propiamente dicho y por otro tenemos la serie que se desarrolla entre cada episodio, el enfoque de cada una es totalmente diferente ya que el juego se centra en Jack Joyce (Interpretado por Shawn Ashmore), un pobre diablo quien por hacerle un favor a un viejo amigo (Paul Serene, interpretado por Aidan Gillen) se encuentra involucrado en una loca aventura temporal la cual puede tener como resultado el fin del tiempo mismo (como uno espera que suceda en estos casos). Y por su lado la serie que trascurre entre cada uno de los 5 episodios del juego, se enfoca en los personajes secundarios, miembros de la empresa Monarch, quienes están tratando de detener a Jack y tomar control de la máquina del tiempo. La historia es realmente interesante, y como suele ser el caso con los trabajos de Remedy, es el principal motor detrás del juego.
Con respecto al apartado gráfico es obligatorio mencionar el increíble trabajo realizado en lo que refiere a expresiones faciales, captando hasta los más sutiles detalles en los gestos de los actores, queda claro que este fue uno de los puntos de mayor enfoque durante la producción. El juego es movido por el motor gráfico “Northlight Engine”, creado especialmente para la ocasión, y el cual ofrece un aspecto decididamente de película gracias a artilugios como el motion blur y el granulado. Los efectos visuales de las rupturas del tiempo son realmente fascinantes, todo lo que transcurre durante estos episodios es una experiencia visual surrealista, y cuando a esos sucesos se les suma el combate el resultado va a llevar a más de uno a detenerse a observar las escenas que se generan, suspendidas en el tiempo eternamente como el anaquel de figuras que nunca puede faltar en la casa de cualquier abuela que se respete.
Un detalle técnico llamativo es que los episodios de la serie no se encuentran alojados entre los datos del juego, sino que son reproducidos remotamente, así que si no contamos con una conexión de internet estable podemos encontrarnos con problemas de reproducción. Por fortuna existe la posibilidad de bajar el pack de videos para reproducirlos en máxima calidad y evitar encontrarnos con el molesto anuncio de «Buffering», pero tengan en consideración que pesan más de 75 gb, casi el doble de lo que pesa el juego.
En lo que refiere a mecánica el juego se siente como una versión más moderna y exacerbada de Max Payne, ya que Jack cuenta con la capacidad de manipular el tiempo tanto de manera ofensiva como defensiva, lo cual realmente hace brillar a las escenas de acción y las de plataformas -Tal vez suene extraño, pero efectivamente el juego tiene algunas escenas que son casi plataformeras, obviamente con la mecánica del tiempo involucrada-. Como consejo sugiero que los jugadores con un mínimo de experiencia comiencen el juego en la máxima dificultad, ya que en Normal los enemigos apenas ponen algo de resistencia, aún en las últimas escenas. Extrañamente para ser un juego de acción el título cuenta con una cantidad sorpresivamente limitada de escenas de disparos durante los primeros episodios, habiendo algunos actos en los que el intercambio balístico es prácticamente inexistente, y relegando el grueso de la acción al climax de la historia.
El principal problema cuando se tratan de mezclar dos medios de ritmos tan opuestos es que el más pasivo tiende a retener al más activo, obviamente hay una diferencia drástica entre estar jugando un juego donde todas nuestras acciones son inmediatamente reflejadas en la pantalla que estar viendo una serie donde somos relegados a un rol de meros espectadores, por eso Remedy trató de darle algunos giros a la fórmula permitiéndonos interactuar con el desarrollo de la historia y del tiempo mismo: Al final de cada capítulo tendremos la posibilidad de tomar una decisión la cual tendrá repercusiones que afectarán el progreso del juego. Los resultados son más que interesantes y en todos los casos nos van a dejar preguntándonos cómo hubieran sido las cosas si hubiéramos tomado otra decisión, por fortuna retroceder y tomar nuevos caminos es uno de los grandes incentivos del juego, así que los que tengan ganas van a poder explorar las diferentes alternativas que se plantean con total libertad y sin la necesidad de comenzar el juego desde cero. También vamos a encontrar ciertos ítems con los cuales podremos interactuar y producirán ondas en el tiempo que se verán reflejadas en los videos, agregando escenas que de otra manera no veríamos. Por fortuna puedo decir que en gran parte el resultado funciona, no solo los episodios son atrapantes y están bien actuados, también es más que interesante ver cómo cambian las cosas con cada decisión que tomamos y la forma en la que se desenvuelven acontecimientos en los cuales no tenemos un control directo pero que afectan a la historia, por desgracia el juego tiene un problema muy grave de progresión, que irónicamente no se da durante los episodios filmados de la serie, sino en la cantidad obscena de texto a la que nos vemos sometidos durante las escenas de acción. Los juegos son un medio más que apto para contar historias, a esta altura de las circunstancias creo que a nadie le caben dudas de eso, pero cuando nos vemos forzados a detenernos cada un par de minutos a leer paredes interminables de texto el ritmo se desbarranca totalmente, y lo único que se termina logrando es que el jugador, saturado, pase de largo información que ayuda a comprender mejor los eventos que lo rodean. Es verdad que al final del día los textos no son vitales para el progreso del juego, y es totalmente posible simplemente avanzar hasta la siguiente escena de disparos, pero hubiera sido interesante que la información fuera presentada de una manera más resumida, más interesante o más interactiva, especialmente si tenemos en consideración que el juego ya cuenta con los antes mencionados episodios de 22 minutos entre capítulos, más una serie de diarios y anotaciones pertenecientes a ciertos personajes específicos, narradas por los mismos. De la manera en la que es expuesto es más un detrimento que otra cosa, y me cuesta creer que alguien vaya a tomarse la molestia de leer absolutamente todo (al menos en una sola partida).
Quantum Break es un experimento que une de manera relativamente exitosa dos medios que rara vez han podido convivir satisfactoriamente. Armado con una historia atrapante, gráficos llamativos y acción bien llevada a cabo por gente con años de experiencia en el género, el juego sufre por un ritmo inconsistente el cual puede llegar a tornarse soporífero, una historia que por momentos se siente sobresaturada y un grado de exposición innecesario. Todos aquellos que estén esperando una aluvión de acción y disparos van a encontrarse severamente desilusionados, pero los que tengan un poco más de paciencia van a encontrarse con un conjunto que tiende a funcionar bien y que por momentos llega a brillar.
Plataforma Utilizada para Review: Xbox One