En la caja también encontraremos una gran cantidad de accesorios necesarios para montar el disipador, un manual de instalación y una calcomanía de Prolimatech. Lo que destaco de los accesorios es que incluye pequeños disipadores para cubrir las memorias, ya que estas no harán contacto con el disipador, y por lo tanto no podrían disipar su calor, y además encontramos una jeringa con compuesto térmico Prolimatech PK-3 de 2g, el mejor que fabrica la marca.
Una vez que tenemos el producto fuera de la caja podemos apreciarlo con mayor detalle. Algo que rápidamente nos llamo la atención fue su gran cantidad de heatpipes incorporados para disipar el calor, cuenta con un total de 6, los cuales al desprenderse de la base se repartirán a lo largo de los dos radiadores que tiene el MK-26. El diseño del disipador es algo bastante simple, pero efectivo, y gracias a la gran cantidad de aletas de aluminio que se combinan con sus 6 heatpipes, este logra disipar el calor de una manera muy eficaz. A simple vista parece un disipador pequeño, y parece muy difícil que logre mantener frescas a GPUs potentes como por ejemplo la R9 280x, pero sin embargo lo puede hacer perfectamente con su tamaño de 257mm x 146mm, y parte de esa desconfianza se lo podríamos adjudicar a la falta de coolers, ya que son una pieza fundamental para cualquier disipador. Su peso es de 583g, lo que denota la calidad de materiales con la que está construido el MK-26.