Si hay algo que Battlefield siempre supo hacer, es ofrecer batallas que se sienten de verdad. Desde Battlefield 1 en 2016, con su ambientación en la Primera Guerra Mundial. DICE logró combinar escala, emoción y un nivel visual que dejó a todos con la boca abierta. Ese juego fue una carta de amor a la historia bélica, con una narrativa fragmentada pero potente y un multijugador que marcó época. En ese momento, la franquicia estaba en su punto más alto.
Después llegó Battlefield V (suena raro el V, no?), y las cosas empezaron a ir en picada. El intento de volver a la Segunda Guerra Mundial fue ambicioso, pero la ejecución no terminó de convencer. Hubo polémicas por decisiones de diseño, una comunicación errática con la comunidad y la sensación de que DICE no encontraba el equilibrio entre realismo y diversión. Aun así, seguía siendo Battlefield, caos, destrucción y partidas que podían pasar de lo táctico a lo épico en cuestión de segundos.
Al tiempo llego Battlefield 2042. Un lanzamiento desastroso, bugs por todos lados, servidores inestables y una jugabilidad que se sentía vacía. El multijugador masivo, sin clases tradicionales y con un enfoque más cercano a Call of Duty, dividió por completo a la comunidad. En lugar de evolucionar, la saga parecía haber perdido el rumbo. Muchos pensaron que Battlefield había tocado fondo, y con razón, lo que alguna vez fue sinónimo de guerra total se había convertido en una promesa incumplida.
Battlefield 6 la Campaña
Battlefield 6 llega como un verdadero regreso a la acción. 2025 marca un nuevo comienzo para la saga, y lo primero que sorprende es el regreso de una campaña para un jugador. Algo que muchos pedíamos desde hace años.
La historia arranca cuando la OTAN se ve desafiada por una nueva organización llamada PAX. Una alternativa moderna frente a una alianza que ya parece desgastada. Todo estalla cuando, en plena transición de poder en Georgia, la PAX ataca uno de los campamentos de la OTAN, desatando una guerra abierta a escala global. Desde ahí, el juego te mete en medio del caos, con misiones que van desde infiltraciones nocturnas hasta enfrentamientos masivos en zonas urbanas.
La campaña dura entre 9 a 12 horas, según quien la juegue. Y aunque no busca reinventar el género, funciona muy bien como una experiencia de acción. Hay momentos que se sienten más de película que de simulación bélica, con secuencias espectaculares y un ritmo que no te da respiro. La IA enemiga todavía tiene margen de mejora, pero el conjunto se siente sólido y divertido.
Más allá del argumento, esta campaña sirve para volver a familiarizarte con la fórmula Battlefield. Te permite conocer los mapas que después vas a recorrer en el multijugador, probar nuevas armas y experimentar con distintos estilos de combate.
Vuelven las Clases, Vuelve la Estrategia
Battlefield 6 marca el regreso de las clases tradicionales, algo que muchos jugadores veníamos pidiendo desde hace años. Vuelven los roles de asalto, apoyo, reconocimiento y médico, en un formato mucho más clásico que en 2042, pero con un toque moderno. Esta vez, el juego mantiene la libertad de equipar cualquier arma en cualquier clase. Todo esto siempre que la tengas desbloqueada, aunque recompensa con bonificaciones si usás el arma que va, es decir, la que corresponde naturalmente a tu rol.
Es un equilibrio inteligente entre personalización y coherencia de clase. Todo este rediseño llega directamente en respuesta al feedback de la comunidad durante las betas. Y de verdad que se nota que DICE realmente escuchó a los jugadores para devolverle a Battlefield su esencia táctica y de trabajo en equipo.
Tenemos armas primarias y secundarias, accesorios específicos según tu clase, y habilidades de rol que se activan en función de tu desempeño en partida. A medida que subís de nivel, se desbloquean nuevas armas, granadas y mejoras. Cada arma tiene su propio sistema de progresión individual, donde podés desbloquear accesorios y gestionarlos con un presupuesto máximo de 100 puntos. Esto obliga a pensar bien tu configuración antes de entrar al combate.
La personalización visual esta muy buena. Camuflajes, stickers y colgantes están presentes y ofrecen ese toque extra para dejar tu firma en el campo de batalla. Todo esto hace que Battlefield 6 recupere el espíritu de las entregas clásicas, pero con una libertad que antes no teníamos.
Lo mejor de todo es que DICE mantiene una línea visual coherente y realista, sin caer en lo exagerado. Las skins y opciones de personalización se sienten en sintonía con el tono bélico moderno, sin esos colores chillones ni trajes fantasiosos que romperían la inmersión. Cada pieza de equipamiento encaja con el contexto del conflicto, logrando que la identidad visual del juego sea más seria, más creíble.
Lo bueno regresa y con fuerza
Ahora podés correr más rápido con el cuchillo que con un fusil de asalto. Podes moverte con más agilidad incluso cuando estás agachado, y las deslizas son algo genial para mantenerte en movimiento durante los tiroteos. En general, el gunplay se siente excelente, los enfrentamientos son intensos, tácticos y con una tensión constante.
La sensación que transmite un arma al disparar, su retroceso, peso, respuesta visual y sonora, precisión, y cómo se siente en las manos del jugador está bien logrado. Hay una gestión balística realista, tanto en el retroceso como en la dispersión de las balas, y cada accesorio afecta realmente cómo se comporta el arma. Apoyarte en un muro o usar un trípode cambia la sensación del disparo, y dominar eso lleva práctica. Es el tipo de curva de aprendizaje que recompensa al jugador que invierte tiempo. DICE agregó herramientas nuevas y útiles, como el martillo pesado para abrir puertas o romper muros. Las escaleras telescópicas para sorprender enemigos desde ángulos poco convencionales. Y las granadas de carga hueca, perfectas para limpiar una habitación o eliminar a alguien detrás de una pared.
Las batallas a gran escala, con decenas de jugadores, tanques y helicópteros en mapas enormes, vuelven a ofrecer esa sensación de guerra total. En modos más cerrados, como Dominación, la acción es más directa, pero igual de intensa.
Multijugador
El multijugador de Battlefield 6 llega cargado de contenido. Con todos los modos clásicos que los fans esperaban, Conquista, Ruptura, Asalto, Dominación, y Team Deathmatch, además de una novedad muy interesante llamada Expansion. Este nuevo modo mezcla lo mejor de Dominación y Ruptura, obligando a los equipos a capturar varios puntos estratégicos antes que el rival para avanzar a la siguiente zona. Es frenético, táctico y mantiene una tensión constante, con partidas donde cada metro ganado se siente como una victoria.
Los 9 mapas son un recorrido por distintos rincones del mundo, Brooklyn, El Cairo, Gibraltar. Incluyendo el regreso del legendaria Firestorm, vista por última vez en Battlefield 3. Cada mapa tiene su propia identidad y ritmo. Vas a pasar de ruinas desérticas en Medio Oriente a calles cerradas entre rascacielos en Nueva York. Mapas que favorecen tanto el combate cuerpo a cuerpo como los enfrentamientos a larga distancia.
Levolution está de vuelta, y es glorioso. Los edificios colapsan, los cráteres se abren bajo tus pies y las explosiones iluminan el mapa como si estuvieras en una película bélica. Todo eso, sin sacrificar rendimiento. Se nota que DICE aprendió de los errores pasados y afinó todo para que Battlefield 6 tenga un arranque sólido desde el primer día.
La primera temporada está prevista para finales de este mes, con nuevas armas, mapas y skins, y DICE prometió mantener un ritmo constante de actualizaciones. También habrá un gran parche del día uno, con varios ajustes y correcciones para pulir aún más la experiencia.
Zona de combate
Probé Battlefield 6 en PC, con una procesador INTEL CORE ULTRA 7 265K. Y varias tarjetas graficas, como la GeForce RTX 5090, RTX 5080, 5070 ti, 5070 y 5060 de 8GB. Por el lado de AMD, probamos el juego con una Radeon RX 9070 XT y una Radeon RX 9060 XT de 8GB. Y lo primero que puedo decir es que DICE la rompió en optimización. El juego se siente increíblemente fluido, con una técnica y rendimiento de primer nivel, gracias al motor Frostbite, que esta vez muestra todo su potencial. DICE priorizó el rendimiento puro por encima de tecnologías más exigentes como el ray tracing, y la decisión se nota. Battlefield 6 se ve espectacular, con texturas nítidas, explosiones que llenan la pantalla y partículas que vuelan por todos lados cuando un edificio se viene abajo. Visual y técnicamente, no hay nada que reprocharle.
Las tecnologías de escalado y generación de frames, como DLSS y FSR, hacen un trabajo excelente. La mayoría de las PC deberían poder mantener una fluidez alta sin sacrificar calidad visual. En mis pruebas, corriendo en 4K sin DLSS, la GeForce RTX 5090 dio unos 115 FPS. Al activar DLSS en modo Calidad tenemos 159 FPS, activando Frame Generation obtenemos 241 FPS. Muchos juegos sufren pequeñas sacudidas visuales al activar el framegen, pero en Battlefield 6 eso no pasa. Se nota que DICE afinó todo para ofrecer una experiencia premium, algo que contrasta muchísimo con lo que fue el caótico lanzamiento de Battlefield 2042.
En el apartado sonoro, Battlefield 6 vuelve a brillar. El trabajo de audio es impresionante, con una espacialización 3D precisa y un diseño de sonido que te mete en la acción de verdad. Cada paso, disparo o explosión tiene peso. Escuchás cómo las balas te silban al lado, cómo se derrumba una estructura metálica encima tuyo o cómo un jet pasa rugiendo justo por arriba. Si tenés buenos auriculares o un sistema envolvente, la experiencia es una locura. El sonido es tan realista que, por momentos, sentís que estás ahí, en medio del caos.
Rendimiento de Battlefield 6
Jugamos Battlefield 6 con lo ultimo que tiene el mercado, por un lado, un procesador INTEL CORE ULTRA 7 265K. 32GB de memoria a 6000Mhz, SSD, una placa madre Z890. Y todas las tarjetas que aparecen en los benchs.
La RTX 5090 lidera con 195 FPS en 1080p, 160 FPS en 1440p y 115 FPS en 4K. Las RTX 5080 y 5070 Ti se mantienen con muy buen rendimiento, entre 140 y 74 FPS, mostrando que el motor de DICE escala bien con las GPUs actuales. Mientras que la RX 9070 XT queda un paso atrás con 112, 85 y 58 FPS respectivamente.
Con DLSS y FSR activados, las mejoras son notorias. La RTX 5090 alcanza 228 FPS en 1080p y supera los 150 FPS en 4K, mientras que la RTX 5080 llega a 161/102 FPS y la 5070 Ti a 144/88 FPS. Del lado de AMD, la RX 9070 XT mejora hasta 128, 98 y 80 FPS.
Las gamas medias, como la RTX 5060 y la RX 9060 XT, se defienden bien en 1080p, pero empiezan a caer en 1440p, quedando cerca de 50 FPS con FSR o DLSS activo y alrededor de 30 FPS en 4K.
Son placas pensadas más para un perfil competitivo o casual, no para jugar en ultra a resoluciones altas.
Battlefield 6 aprovecha al máximo DLSS 4 con Frame Generation, y se nota. A medida que subimos el multiplicador, los cuadros por segundo escalan de forma lineal y estables, sin comprometer la calidad de imagen.
En el modo DLSS 4×2, las diferencias ya son importantes, la RTX 5090 pasa a 327 FPS en 1080p, 326 FPS en 1440p y 241 FPS en 4K, mostrando que el nuevo algoritmo puede sostener altas tasas sin latencia perceptible.
Con DLSS 4×3, el rendimiento se dispara, la 5090 alcanza 471 FPS en 1080p y 337 FPS en 4K, mientras que la RTX 5080 supera los 300 FPS en 1080p.
Lo interesante es que la sensación en juego se mantiene fluida y sin “ghosting”, algo que NVIDIA logró mejorar bastante respecto a DLSS 3.
Finalmente, el modo DLSS 4×4 es el que más empuja los cuadros, llevando a la 5090 hasta 660 FPS en 1080p y 419 FPS en 4K.
Si bien este modo no tiene sentido competitivo, muestra claramente el potencial del motor Frostbite combinado con la nueva generación de GPUs.
Battlefield 6 incluye soporte para NVIDIA Reflex, lo que ayuda a reducir la latencia al mínimo. En la práctica, la respuesta del control es instantánea, y la latencia es prácticamente imperceptible incluso en las situaciones más intensas.
Conclusión
Battlefield 6 recupera su formula de las clases y combina todo con mecánicas modernas que mejoran la fluidez del combate. DICE logró un equilibrio entre táctica y acción, la jugabilidad con las armas es muy buena, un sistema de movimiento más natural y una destrucción dinámica que vuelve a ser protagonista. El resultado es un Battlefield que se siente como los de antes, pero con toda la potencia y el pulido técnico de una nueva generación.
La campaña individual cumple, aunque no sorprende. Son unas pocas horas de acción intensas, con momentos cinematográficos bien logrados, pero no llega a dejar una marca profunda. Sirve más como una buena entrada al universo del juego, para familiarizarte con las armas, los escenarios. Aun así, visualmente es espectacular y tiene un ritmo entretenido que nunca aburre.
Donde Battlefield 6 realmente brilla es en su multijugador. La variedad de mapas, los modos clásicos, y la estabilidad técnica hacen que cada partida sea una experiencia única. El audio es una locura, y el trabajo de DICE se nota en cada detalle. Todavía es pronto para decir si este Battlefield quedará entre los grandes de la saga, pero va por el camino correcto. Si el estudio mantiene este nivel de calidad en las futuras actualizaciones y temporadas, podría convertirse en el renacimiento que los fans estaban esperando.
