Se espera que Intel lance, a mediados de noviembre, sus primeros procesadores Sandy Bridge-E de alto rendimiento para PCs de sobremesa, que deberían ofrecer un aumento en la potencia de procesamiento, pero también mejor potencial de overclocking en comparación con los procesadores Core de la generación actual.
Según las informaciones que están disponibles en este momento, la colección inicial de Intel estará compuesta de tres procesadores que se conocerán bajo los sobrenombres Core i7-3820 i7-3930K y i7-3960X.
Las especificaciones de estas CPUs ya fueron detalladas en unos artículos anteriores, por lo que no vamos a centrar nuestra atención en este aspecto ahora, pero sí que es importante tener en cuenta que estos dos últimos chips contarán con un multiplicador desbloqueado, mientras que el primero carece de esta función.
En el caso de los procesadores LGA 1155, esto limitaría seriamente la aceleración de la CPU, ya que la frecuencia de reloj básica (BCLK) sólo puede ajustarse por menos del 10%, el aumento de rendimiento siendo más que sutil en este caso.
Afortunadamente, este no es el caso con las CPUs Sandy Bridge-E, ya que estos procesadores, aparte de multiplicadores de CPU y BCLK, también proporcionan una característica denominada tasa de reloj de referencia (RCR).
Este es un multiplicador especial que influye en la frecuencia de la CPU y de la memoria, pero no toca otros elementos, como, por ejemplo, las interfaces SATA y USB, como hace la BCLK.
Esto básicamente significa que los overclockers tienen más libertad para aumentar las frecuencias del procesador sin afectar la estabilidad del sistema.