La próxima entrega de la franquicia Need for Speed supone un cambio considerable al mezclar carreras arcade a gran velocidad con situaciones de ruptura que controlaremos mediante eventos “quick time”, un enfoque diferente que no sabemos si gustará o no. De momento, lo que resulta indiscutible es que el juego luce muy bien gracias al motor Frostbyte 2.
Por lo demás, habrá que esperar al 17 de noviembre, fecha en la que llegará a las tiendas españolas, para poder valorar cómo afecta dicho giro comentado arriba a la jugabilidad.
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