Esta semana, Microsoft se reunió con la Unión Europea para hablar sobre las preocupaciones relacionadas con la adquisición de Activision Blizzard. La compañía no reveló los temas hablados, pero dejó muy en claro que no abandonará Call of Duty.
“No creemos que sea realista que un juego se pueda separar del resto”, explicó el presidente de Microsoft, Brad Smith. El ejecutivo también afirmó que la compañía está abierta a negociar de otra forma y hacer concesiones para que la fusión sea aprobada por los organismos reguladores.
Uno de los grandes obstáculos que han bloqueado la compra de Activision Blizzard ha sido la CMA británica. El regulador cree que la aprobación de la fusión perjudicará la competencia del mercado de los juegos, dándole a Microsoft una gran ventaja en ciertas áreas.
Pero ahora el gigante tecnológico tiene dos puntos a su favor, los acuerdos de 10 años que realizó con Nintendo y NVIDIA. Además de comprometerse a llevar los juegos de Call of Duty a las consolas del fabricante japonés. también llevará los títulos de Xbox a NVIDIA GeForce Now.
Microsoft intenta demostrar que no usará su poder para crear ningún monopolio en el mercado. En su defensa, la compañía siempre ha insistido en que su objetivo es llevar la mayor cantidad de juegos posibles a la audiencia más amplia posible, sin imponer restricciones sobre como acceder a ellos.
La empresa también ha estado defendiéndose al atacar a Sony, afirmando que PlayStation domina el 70% del mercado mundial de consolas y, precisamente por eso, no quieren que otras compañías puedan alcanzarlo y amenazar su liderazgo.
Fuente: GameSpot