El diseño de este equipo de MSI, a primera vista parece más una batería externa de portátil que un ordenador. Con 0,9 litros de volumen, MSI ha llevado el concepto de netbook hasta el extremo, con una propuesta perfecta para instalar en la parte trasera de un monitor para construir equipos que ocupen el mínimo espacio, con el menor consumo y un precio económico.
El procesador Atom N270 es el mismo que el empleado en las netbooks, y el consumo que se consigue es el más bajo de toda la comparativa con diferencia, con cifras en torno a la mitad del exhibido por los demás nettops analizados. En la práctica, se trata de un netbook al que se le ha quitado el teclado y la pantalla, pero en cualquier caso se trata de una propuesta perfecta para la oficina o incluso para el hogar.
Con unos 15 W de consumo, es ideal para tener conectado las 24 horas del día gestionando el acceso de Internet para correo, mensajería, sistemas de videovigilancia o para descargas siempre y cuando se trabaje con algún sistema de almacenamiento externo. Y si se suma a esta ecuación un SAI de capacidad media, podrá estar horas funcionando sin suministro de electricidad.
Además, al tener una carcasa metálica, la disipación está resuelta de un modo óptimo al igual que la conectividad donde no falta de nada: USB, lector de tarjetas, conexión Ethernet, audio y WiFi. En el apartado del rendimiento, no dispone de ningún argumento “especial”: ni tarjeta de vídeo dedicada, ni disco duro de de 3,5″ o una cantidad de memoria notable, de modo que el que este en media es el que peor parado sale en este capitulo. Pero para tareas “convencionales” con un sistema operativo con el Windows 7, el resultado es correcto.
No servirá para jugar, ni para ver películas en alta definición ni para dedicarse a tareas de edición multimedia, pero con un tamaño y un consumo así, nadie hace lo que este equipo.