La Comisión Internacional de Comercio norteamericana ha resuelto que Motorola infringe una de las patentes aducidas en la demanda, concretamente la que se refiere a: «Generar cumplir pedidos y programar grupos desde un dispositivo móvil».
Este hecho ha motivado la imposición de una prohibición de venta de sus teléfonos móviles a Motorola en Estados Unidos, prohibición que quedaría sin efecto si la compañía lleva a cabo las modificaciones pertinentes para dejar de violar dicha patente o llega a un acuerdo con los de Redmond.
Es importante destacar que esta decisión todavía está sujeta a revisión presidencial por un plazo de 60 días, durante el cual Motorola podrá seguir introduciendo sus productos en Estados Unidos, aunque deberá pagar 0,33 centavos de dólar por cada uno.