Microsoft podría ser una de las primeras compañías en unirse al movimiento por el “derecho a reparar”. Aunque es perfectamente legal que cada usuario repare sus propios dispositivos, ninguna empresa ofrece algún tipo de ayuda para hacerlo. Compañías como Apple y Microsoft se niegan a ofrecer partes de repuesto o incluso documentación técnica que facilite la reparación de sus dispositivos, a menos que seas un socio debidamente autorizado por ellas para reparar los dispositivos.
Parece que Microsoft estaría considerando cambiar su política al respecto. Según lo que informa Grist, Microsoft llegó a un acuerdo con As You Sow, un grupo inversor sin fines de lucro. Ellos pidieron a Microsoft que estudie los potenciales “beneficios ambientales y sociales” que pueden conseguirse con facilitar la reparación de sus dispositivos. Microsoft aceptó contratar un consultor independiente para llevar a cabo el estudio sobre los beneficios de brindar a los consumidores acceso a piezas y documentación de reparación. También se analizará si esto podría reducir las emisiones de carbono y los desechos.
Como es de esperar, Microsoft no hará público este estudio, ya que puede contener secretos comerciales y otra información confidencial. Sin embargo, compartirá un resumen de sus hallazgos en mayo de 2022. De confirmarse que trae beneficios, la compañía aceptó poner a disposición de los usuarios nuevas partes y documentación relacionada a través de su red de reparación autorizada para finales de 2022.
Microsoft se enfrenta a un dilema
Sin embargo, Nathan Proctor del Grupo de Interés de Investigación Publica de EEUU informó a Grist que Microsoft aún es miembro de grupos que se oponen a este derecho de reparación. Uno de ellos es la Entertainment Software Association (ESA), la asociación comercial de la industria de los videojuegos en EEUU. Esta asociación ya dejó en claro su postura y, si se confirman estos beneficios, Microsoft estaría aceptando una nueva política que va en contra de la ESA. Al menos podría mejorar su reputación con los consumidores, quienes la consideran una de las empresas de tecnología más odiada.