Una reciente presentación de Seagate, de Alvin Cox, quien también es presidente de la Joint Electron Device Engineering Council (JEDEC), muestra el tiempo de retención de los datos en los discos de estado sólido, o sea un SSD de consumo general conservado a 30 grados tiene una capacidad de retención sin alimentación de 1 año, pero por cada cinco grados más de temperatura la cifra se reduce a la mitad.
Esto quiere decir que a 35 grados serían 6 meses y que a 40 grados se reduce a unos 3 meses. Teniendo en cuenta lo rápido que escala la temperatura en ciertas zonas es una información que debemos tener muy en cuenta.
Si bien esto no debería ser un problema en la mayoría de las circunstancias, las especificaciones oficiales muestran que los SSD de clase empresarial tienen un uso de retención de sólo 3 meses cuando el disco se almacena a 40 ° C, mientras que los SSD tienen una calificación de 1 año a 30 ° C. El informe muestra que la retención de datos puede variar ampliamente dependiendo de la temperatura activa del disco y la temperatura de apagado. Si los discos de estado sólido se almacenan a una temperatura superior a su temperatura de funcionamiento, la retención de datos cae muy rápidamente.
En el caso de los SSD de consumo, el lapso de retención de datos de un año se basa en una temperatura activa de 40 ° C y una temperatura de almacenamiento de 30 ° C. Como se puede ver en el siguiente gráfico, el disco está funcionando más fresco y la data se almacena en las áreas mucho más calientes, la retención de datos puede bajar a meras semanas.
Con esto queda claro que para uso normal no debería ser un problema en la mayoría de los casos, pero en el caso de que necesitemos soluciones de almacenamiento a largo plazo los SSDs no son una buena opción.