El Departamento de Justicia de EE. UU. y la SEC están investigando el posible abuso de información privilegiada relacionado con la compra de Activision por $ 69 mil millones por parte de Microsoft, informó el Wall St Journal, y específicamente las grandes apuestas realizadas en acciones por tres hombres, solo días antes de que el acuerdo se hiciera público.
Entre los investigados se encuentran Barry Diller (expresidente y director ejecutivo de 20th Century Fox), David Geffen (cofundador de Dreamworks) y Alexandre Furstenburg, miembro de la familia real alemana. Se les acusa de comprar acciones por valor de 100 millones de dólares en Activision Blizzard cuatro días antes de que Microsoft anunciara la adquisición, a un precio de solo $ 40 por acción, por debajo del precio de $ 63 que tenia la compañía en ese momento. En efecto, ya estaban obteniendo ganancias.
Se esta complicando la adquisición mas de lo esperado
La SEC y el DOJ están investigando si el trío tenía conocimiento previo del interés de Microsoft en la adquisición y cuánto sabían sobre la transacción. Según el WSJ, Diller trabajó junto a Bobby Kotick, CEO de Activision Blizzard, en el directorio de Coca-Cola, y se sabe que Geffen es amigo del ejecutivo desde hace mucho tiempo.
La relación entre Geffen y Furstenburg es familiar, ya que el cofundador de Dreamworks es el padrastro del miembro de la familia real alemana y se casó con su madre en 2001. Según Diller, el caso no tiene fundamento y la ganancia que obtuvo el trío de las acciones de Activision Blizzard son solo una “suerte”.
La empresa también está teniendo problemas con otros accionistas, quienes han presentado demandas en desacuerdo con el proceso de venta. Una de las demandas presentadas en California afirma que la adquisición es “injusta” y solo beneficia a los miembros de la junta directiva, quienes experimentarán “beneficios inmediatos y significativos”.
La adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft será investigada por el gobierno de EE.UU.
La FTC será la encargada de evaluar si la adquisición no pone en peligro la competitividad del mercado, si bien no hay indicios de que la situación pueda descarrilar la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft, ciertamente está complicando el proceso más de lo esperado. Xbox ya ha manifestado que no le preocupa el bloqueo por parte de los organismos reguladores, lo cierto es que la negociación se produce en un momento en que Estados Unidos está elevando sus regulaciones antimonopolio, especialmente en lo que respecta a las compras realizadas por los gigantes tecnológicos.