Durante años, la mayoría de los videojuegos en el mercado han sido diseñados para ser compatibles con el mayor número de plataformas posible, especialmente consolas. Teniendo esto en cuenta, es lógico que los desarrolladores trabajen con un número específico de núcleos, que en 2024 son 8 Cores, acorde a los SoC de AMD utilizados en las consolas de Sony y Microsoft. Como todos saben, la mayoría de las CPU para PC superan por mucho a esta cantidad de núcleos, y según un estudio de NVIDIA, esto impide una escalada adecuada en el rendimiento, diciendo que se debería limitar el número de subprocesos para incrementar los FPS.
Para que lo entiendan mejor, muchos juegos están optimizados para un número específico de núcleos o hilos de CPU. Si un juego está optimizado para 8 núcleos, por ejemplo, tener una CPU con más núcleos no necesariamente mejorará el rendimiento, ya que el juego no está programado para aprovechar los núcleos adicionales.
Más núcleos menos rendimiento
Los videojuegos no siempre distribuyen la carga de trabajo de manera uniforme entre los núcleos de una CPU. Entonces lo que dice NVIDIA de limitar el número de subprocesos ayudaría a tener un balance más efectivo de carga y evitar cuellos de botella en ciertos núcleos o subprocesos.
Ahora bien, con las nuevas CPU con más núcleos, la proporción de rendimiento en los videojuegos se ha visto afectada, ya que la mayoría no están optimizados para manejar una cantidad elevada de subprocesos. NVIDIA dice que procesadores como los de Intel con P-Core y E-Core, cachés no uniformes y nuevas tecnologías de gestión de energía pueden reducir los FPS.
Por esta razón, NVIDIA dice que en videojuegos con alta dependencia de la CPU, poseer un mayor número de núcleos puede reducir el rendimiento hasta en un 15%, lo que equivale a decir que podríamos incrementar los FPS en un 15% si se utilizara un menor número de subprocesos. Sin embargo, dado que esto varía según el desarrollador, NVIDIA ofrece cinco recomendaciones para solucionar este problema de rendimiento dependiendo del juego específico.
Cinco puntos clave para comprender este fenómeno:
- Rendimiento del hardware: las CPU con mayor número de núcleos a veces tienen velocidades más bajas. Reducir la cantidad de subprocesos puede permitir que los núcleos activos aumenten su frecuencia.
- Contención de recursos de hardware: reducir el número de subprocesos a menudo puede disminuir la presión sobre el subsistema de memoria, lo que reduce la latencia y permite que las cachés de la CPU sean más eficientes. Esto es especialmente cierto para las arquitecturas basadas en chiplets que no tienen una caché L3 unificada. Los subprocesos que se ejecutan en diferentes chiplets pueden provocar una gran destrucción del rendimiento de la caché.
- Contención de recursos de software: los bloqueos y los atómicos pueden tener una latencia mucho mayor cuando muchos subprocesos acceden a ellos simultáneamente, lo que aumenta la presión de la memoria. Compartir en falso puede exacerbar esto.
- Problemas de programación del sistema operativo: una suscripción excesiva de subprocesos a núcleos activos genera una gran cantidad de cambios de contexto que pueden resultar costosos y ejercer una presión adicional sobre el subsistema de memoria de la CPU.
- Administración de energía: reducir la cantidad de subprocesos puede permitir que se estacionen más núcleos, lo que ahorra energía y potencialmente permite que los núcleos restantes se ejecuten a una frecuencia más alta.
Como solucionar el problema
La estrategia más simple, según NVIDIA, consiste en disminuir el número de subprocesos que puede utilizar un juego, reduciendo así el exceso de carga (Overhead), que según la compañía, se origina por procesos críticos. Por esta razón, y debido a la diversidad de videojuegos disponibles, recomiendan experimentar con diferentes cantidades de subprocesos para hallar el balance perfecto en el rendimiento.
Esta situación ilustra la razón por la cual Intel elige no exceder los 8 núcleos en los P-Cores de sus arquitecturas y por qué AMD conserva un CCD de 8 Cores en sus modelos X3D de mayor rendimiento. Por lo tanto, como algunos experimentados ya conocían, la forma más efectiva de optimizar el rendimiento es verificar directamente cuál es la cantidad de subprocesos que ofrece mejores resultados. En este contexto, generalmente se descubre que más no siempre significa mejor.
Palabras Finales
la relación entre el número de núcleos en una CPU y el rendimiento de un juego es compleja y varía según múltiples factores, incluida la optimización por parte de los desarrolladores y la arquitectura específica de la CPU. NVIDIA sugiere que una reducción en el número de subprocesos utilizados por un juego puede llevar a una mejora en los FPS, apuntando a una necesidad de equilibrio entre los recursos de hardware y las demandas del software.
La postura de NVIDIA resalta una tendencia interesante en la industria, a pesar de la carrera por aumentar el número de núcleos en las CPUs, tanto Intel como AMD parecen reconocer la importancia de encontrar un punto óptimo que no necesariamente implica un mayor número de núcleos. Esto subraya la importancia de la optimización y la personalización para alcanzar el mejor rendimiento en videojuegos.
En última instancia, los usuarios deben estar dispuestos a experimentar con la configuración de sus sistemas para encontrar la configuración que mejor se adapte a sus necesidades de juego, recordando que más núcleos no siempre se traduce en una mejor experiencia de juego. Con la tecnología avanzando rápidamente, la adaptación y comprensión de estos principios se vuelve esencial para aprovechar al máximo las capacidades de hardware y software disponibles.
Fuente: NVIDIA