Distribuir software malicioso hace tiempo que ha dejado de ser una broma impune, ahora es un delito castigado de manera grave y más si encima cobras dinero por ello. Eso es lo que le ha ocurrido a Lewys Martin de Reino Unido, que ha sido condenado a año y medio de cárcel por vender un troyano bajo la máscara de ser un hack para el juego Call of Duty. Martin vendía el software de 1 a 5 dólares.
El objetivo del troyano era sustraer información personal, contraseñas y datos bancarios, como es habitual en este tipo de software. Lo cierto es que Martin fue detenido en primera instancia por otro delito: robar material informático de su facultad, después la policía descubrió los demás delitos.
El fiscal del caso explicó que no sabían “cuánto dinero pudo ganar por la venta de los datos de las tarjetas de crédito porque el dinero está en un banco que se niega a cooperar con las autoridades”, aunque el delincuente admitió“que eran miles de libras”.