Un estudio reciente reveló que las descargas ilegales se ubicaron en el 69 por ciento, lo que significa una caída en relación con 2010. Igualmente el país se mantiene por encima de la media regional, que se ubica en el 61%. Venezuela encabeza el ranking con el 88%.
Este tipo de práctica delictiva conlleva pérdidas económicas en el mercado local estimadas en 657 millones de dólares al año, lo que mantiene una tendencia que afecta al sector desde hace años, según un estudio de la consultora Business Software Alliance, que nuclea a importantes empresa del sector como Adobe, Apple y Microsoft.
De acuerdo a las cifras, la piratería de software en la Argentina cayó un uno por ciento durante 2011, por lo que las descargas ilegales de programas protegidos por derechos de autor alcanzó el 69 por ciento.
En 2010 este número fue del 70%, y si bien se mantiene la tendencia de descenso que se dio en los últimos años, todavía se encuentra muy por encima de la media regional que es del 61%.
En el estudio se establece que el mercado argentino muestra un alto grado de adopción de computadoras y una alta penetración de las conexiones de banda ancha, y en ese contexto, “los usuarios hacen un mejor uso de las herramientas informáticas y demandan servicios actualizados y de calidad, pero a su vez también persiste aún un alto grado de informalidad que brinda Internet con las descargas de aplicaciones sin licencia”, señaló uno de los especialistas a un diario porteño.
Uno de los motivos por los que disminuyó este tipo de práctica en el país viene dado por un mayor de dispositivos móviles como tabletas y smartphones, que viene con registros originales ya precargados en los equipos.
Según los datos del informe, la tasa de piratería en Argentina se encuentra por encima de países como Uruguay y Ecuador (con un 68%), Perú (67%) y Chile (62%), entre otros, pero por detrás de Bolivia (79%), Paraguay (83%) y Venezuela (88%).
El estudio destacó que la región, incluida dentro del bloque de países considerados emergentes, es el principal impulsor de la tasa global de piratería de software, estimado en un 42 por ciento.