A través de una publicación en su blog, la Fundación Ethereum afirmó que tienen previsto pasar al modelo Proof of Stake (PoS) en los próximos meses. Esta transición es conocida como The Merge y conlleva algunos cambios importantes en el funcionamiento de la famosa criptomoneda.
Actualmente, Ethereum utiliza el sistema Proof of Work (PoW), mediante las tarjetas gráficas enfocadas al gaming, para cambiar las transacciones y generar nuevo Ether, que es la moneda utilizada en la red Ethereum.
Este sistema PoW requiere de mucha potencia de cálculo para funcionar, al igual que el Bitcoin, pero con la diferencia que el BTC se alimenta en gran medida de de circuitos integrados de aplicación específica (ASIC), mientras que Ethereum utiliza casi de forma exclusiva las GPUs para Gaming que ya han llegado a sextuplicar su valor en nuestro país.
La transición traerá grandes ventajas
Sin embargo, el Proof of Stake conlleva una gran ventaja: Permitirá que la propia red verifique las transacciones, o bloques, en función de su participación en Ethereum, lo cual reducirá notoriamente la necesidad de utilizar tarjetas gráficas. Esto, en otras palabras, significa que habrá una menor demanda de GPUs y un menor consumo energético, lo que reducirá la huella de carbono de la criptomoneda.
“Ethereum completará la transición a Proof-of-Stake en los próximos meses”, dijo Carl Beekhuizen, de la Fundación Ethereum, “lo que conlleva una miríada de mejoras que han sido teorizadas durante años. Pero ahora que la cadena Beacon lleva unos meses funcionando, podemos analizar los números. Un área que nos entusiasma explorar es la de las nuevas estimaciones de uso de energía, ya que dejaremos de consumir la misma energía que consume un país”, aclara la fundación.
De esta forma, se espera que la implementación del sistema PoS en Ethereum, reduzca el consumo de energía en un 95,95%, pasando de los 44,49 TWh actuales de PoW, a unos estimados 2,62 megavatios. Esto no solo hará que la criptomoneda sea más ecológica, sino también a que sea más segura, ya que reducirá la probabilidad de ataques en un 51% y permitirá un mayor escalado operativo de la red.