Tras dejar oficialmente de vender sus productos en Rusia, Intel anunció esta semana que suspende por completo sus actividades en el país. Según la empresa, seguirá apoyando a sus empleados, pero ya no realizará ninguna actividad comercial con el territorio.
“Con efecto inmediato, hemos suspendido todas las operaciones comerciales en Rusia”, dijo la compañía en un comunicado. Según dicen Intel, la decisión respalda la iniciativa anterior de suspender los envíos a clientes ubicados en Rusia y Bielorrusia.“ Estamos trabajando para apoyar a nuestros empleados en esta difícil situación, incluidos nuestros 1200 empleados en Rusia”, continuó el fabricante.
La empresa dice que tomará medidas para cuidar a los 1.200 empleados que trabajan en el país.
La decisión es el resultado de la continuación de los conflictos entre Rusia y Ucrania, que comenzaron el 24 de febrero de este año. La guerra entre los países fue iniciada por Rusia, que comenzó a invadir territorios en el país vecino, aunque retiró sus tropas de Kiev, Rusia intensificó recientemente sus ataques en el este de Ucrania y la ciudad de Mariupol.
AMD, Apple, Dell, HP, Lenovo y NVIDIA están entre las que han decidido apoyar las sanciones económicas impuestas a Rusia.
Como ya les comentamos, además de Intel, otros nombres importantes del mundo tecnológico ya han suspendido sus actividades en el país. AMD, Apple, Dell, HP, Lenovo y NVIDIA están entre las que han decidido apoyar las sanciones económicas impuestas a Rusia en respuesta a las actividades militares que realiza en territorio Ucraniano.
Rusia tiene para un año, antes de sufrir problemas por faltantes
La decisión del fabricante de CPU es especialmente importante dada su historia con el país. En 1991, fue una de las primeras empresas extranjeras importantes en establecer una división en Rusia después del fin de la Unión Soviética, habiendo invertido mucho tanto en la venta de productos como en el establecimiento y las divisiones de investigación, durante los últimos 30 años.
Hasta el momento no está claro si los empleados de la empresa que trabajan en el país serán transferidos a otras divisiones o territorios en los que opera. Sin los procesadores fabricados por ellos y AMD, la expectativa es que varias empresas del país sufran falta de componentes en un intervalo de 12 a 18 meses, y el espacio que dejan las empresas no puede ser ocupado por fabricantes locales, cuyos productos no aportan la misma eficiencia y competitividad.