Sharp es uno de los fabricantes que más afectados se han visto a causa de esta situación. La empresa tuvo que recortar nada menos que 5.000 puestos de trabajo últimamente.
El nuevo trato que la empresa hizo con Intel no repara dicha reducción en la fuerza de trabajo, pero sí que podría prevenir una crisis incluso más grave.
En resumen, Intel está invirtiendo en Sharp con la condición de que éste le entregue todos sus LCDs adecuados para ultrabooks.
Sharp obtuvo el contrato gracias a la tecnología IGZO (óxido de indium gallium y zinc), que reduce el consumo energético en las pantallas LCD, permite crear modelos más delgados y más claros incluso en entornos de baja iluminación.
Se supone que Sharp recibirá 383 millones de dólares tras cerrar este trato con Intel.