Según han reportado algunos medios, lo nuevos MacBook Pro son casi imposibles de reparar cuando hay un fallo de hardware, y lo mismo sucede si queremos cambiar alguna de sus piezas para actualizar su hardware.
Los MacBook Pro de Apple destacan por ser muy bonitos estéticamente, pero por ello se hace extremadamente difícil reparar cualquier componente de los mismos.
Los tornillos que fijan los distintos componentes internos emplean un tipo de estría que no funciona con los destornilladores estándar. Aunque se pueden comprar herramientas específicas compatibles con estos tornillos, éstos son caros y a veces difíciles de encontrar.
Aunque consiguiéramos un juego de estos destornilladores y desmontáramos el MacBook Pro, nos encontraríamos con cosas como por ejemplo que la memoria RAM está soldada a la placa base, lo que implica que no se puede cambiar ni ampliar.
El SSD, en el MacBook Pro tiene formato PCI-Express en lugar del estándar de 1.8 ó 2.5 pulgadas, por lo que encontrar un modelo compatible para aumentar el tamaño de almacenamiento de un MacBook Pro es mucho más complicado y caro.
Uno de los componentes que más se sustituyen es la batería, ya que es sin duda el componente que sufre mayor desgaste, pero en el nuevo MacBook Pro Apple ha pegado la batería al armazón de aluminio, y además la pieza que cubre la batería tiene doble función, dado que también cubre el cable que conecta el touchpad del teclado. Si intentáramos sacar la batería sin saber seguramente romperíamos dicho cable y el touchpad dejaría de funcionar.
Y más vale que no rompas la pantalla, ya que todo el panel está fusionado en una sola pieza, por lo que es imposible de reparar a menos que cambies toda la pantalla.