El Noviembre del año pasado durante su tradicional convención anual, Blizzard nos sorprendió a todos anunciando un nuevo juego y su primera IP nueva desde que lanzaron Starcraft hace 16 años. Overwatch es un FPS multijugador competitivo en equipos, que nace de las cenizas del famoso proyecto Titan, un MMO que estuvo en desarrollo por bastante tiempo hasta que finalmente fue cancelado en el 2014.
El juego es de un estilo similar al Team Fortress, pero en vez de “clases” tenemos “Héroes”, cada uno con diferentes habilidades y un “ultimate”- muy al estilo MOBA – que solo podremos utilizar después de haber cargado al máximo un contador que se llena a medida que disparamos a los miembros del equipo enemigo, o asistimos a los nuestros. Los Héroes son lo que le da carácter y variabilidad al juego.
Bien al estilo Blizzard, el diseño de personajes es impecable, cada uno con sus particularidades a nivel visual y gameplay. Tracer, uno de los primeros en ser anunciados y probablemente la “chica de tapa” del juego, posee la habilidad de teletransportarse en distancias cortas, o de volver atrás el tiempo unos segundos, recuperando sus puntos de vida y su posición a ese momento. Mercy, uno de mis personajes favoritos, cubre un rol de soporte de equipo, pudiendo curar o aumentar el daño de sus aliados, y su Ultimate revive inmediatamente a los aliados caídos al momento. Soldier 76 es otro personaje que me gusto bastante, es el típico “soldado de FPS”, con ametralladora y la habilidad de curar en un área, ideal para utilizar al principio y tomarle la mano al juego.
El gameplay es muy fluido, rara vez nos encontraremos en una situación de “quietud” en un match, esperando a que pase algo. La respuesta de los controles es excelente. El motor gráfico del juego es sencillo y rápido, se nota que buscaron que el juego funcione bien en máquinas no tan poderosas, como suele ser costumbre de Blizzard. El estilo artístico “cartoon” contribuye también a que los gráficos del juego permanezcan vigentes por más tiempo. A nivel performance de red y latencia, obtuve resultados varios: Overwatch no posee la capacidad de definir servidores privados, con lo cual Blizzard implementó servers en distintas partes del mundo para acomodar a los jugadores de diferentes geografías. Con respecto a Latinoamérica, y particularmente desde donde juego (Argentina), el PING (tiempo de respuesta de los servidores) varió entre 40, 180 y 250 milisegundos, dependiendo de la ubicación del servidor a donde me conectaba el servicio de matchmaking del juego. Al menos en la versión Beta que jugué, estaba fuera del control del jugador a qué servidor o servidores se conecta el juego. En las ocasiones que me conecté a un servidor Latino (40 milisegundos) la experiencia de juego fue excelente. En la otra punta, con 250 milisegundos, reconozco que Overwatch era jugable (mérito seguramente del “netcode” del juego), pero claramente una experiencia inferior. Sería lógico que en la versión final del juego sea posible controlar y restringir a qué servidores conectarse.
Overwatch me resultó sumamente entretenido y adictivo, considerando que desde principios de la década del ’00 que no juego FPSs online, el juego me retrotrajo a viejas épocas. Me quedé con ganas de probar más personajes y de seguir jugando con Mercy y Zenyatta, los dos personajes “soporte” que probé. Overwatch se encontrará en fase de Beta abierta del 5 al 9 de Mayo (con un “acceso temprano” el 3 de Mayo para los que realicen precompra del juego), y se encontrará disponible el 24 de Mayo.