La versiones anteriores de las pequeñas PC basadas en ARM no estaban preparadas para funcionar con una tarjeta grafica discreta. El ancho de banda era demasiado limitante para usar este tipo de hardware, además el procesador Broadcom BCM2711 tenia varios problemas con los PCIe.
Ahora con la Raspberry Pi 5, podemos usar PCIe, pero el sistema solo tiene 5 carriles PCIe y solo uno esta liberado para los usuarios. Por lo tanto el rendimiento de las tarjetas graficas no será el optimo, aunque tenemos que destacar que el ancho de banda se multiplica. Además se solucionaron muchos errores relacionados con PCIe, con todo esto ahora algunas tarjetas graficas discretas pueden funcionar.
La Raspberry Pi 5 no tiene un conector PCIe estándar, por lo que se deben utilizar adaptadores. Se requiere de una placa personalizada que se conecta directamente a la RPi5 a través de un conector FPC. La RPi 5 depende de su propia fuente de alimentación, pero la tarjeta grafica y el adaptador dependen de una fuente de alimentación ATX mas potente.
Todo esto de habilitar el soporte de una tarjeta grafica conectada a una RPi 5 se encuentra en sus primeras etapas y por ahora solo algunas GPU funcionan. Una de la tarjetas graficas que funcionan es la Radeon RX 460, que fue lanzada en 2016, es una tarjeta grafica básica con 2 o 4GB de memoria.
Raspberry Pi 5 con juegos de PC
Según el experto, Jeff Gerling, el desempeño no fue el esperado, en juegos, la Raspberry Pi 5 con la Radeon RX 460 necesitó algunos ajustes. Según el «pudo correr Portal y Portal 2 sin problemas y Minecraft 1.14.4 pero con problemas en los FPS debido a la menor velocidad del PCIe».
Además, las pruebas realizadas por Geerling indican que la tarjeta gráfica no funcionó correctamente, a pesar de que fue posible adaptar la RPi 5 para juegos. Según el tuvo varios problemas, uno de ellos fue la ausencia del puntero del mouse y constantes fallos de memoria, afirmando que el rendimiento fue limitado.
En resumen, la Raspberry Pi 5 da un paso adelante con la compatibilidad de tarjetas gráficas discretas, aunque aún se encuentra en una fase temprana de desarrollo y con limitaciones. A pesar de las mejoras como el aumento del ancho de banda y la solución de errores en PCIe, el rendimiento aún no alcanza los niveles óptimos esperados en ciertos juegos y aplicaciones. Este desarrollo en la Raspberry Pi 5 es un paso hacia la integración de capacidades gráficas más avanzadas en dispositivos ARM más pequeños, pero queda claro que aún hay un camino por recorrer para lograr una experiencia de juego fluida y sin complicaciones.