Windows 10 fue lanzado hace una semana (su primera actualización, ya está disponible para su descarga). El hecho es que, incluso con una fuerte adopción por los usuarios con el sistema operativo, algunas versiones del software pueden no funcionar bien.
Los que quieran optimizar el rendimiento del nuevo sistema operativo pueden, por ejemplo, volver a instalar aplicaciones y hacer que Windows 10 arregle los problemas. Y Mejorar el desempeño de los programas de gestión de las funciones nativas del sistema operativo también es posible.
En este artículo aprenderán a desactivar las aplicaciones que se ejecutan en segundo plano para dar mas potencia de procesamiento a los programas claves.
¿Qué aplicaciones serán deshabilitadas?
Para deshabilitar la ejecución de aplicaciones en segundo plano, tendremos que gestionar manualmente los servicios. Para ello, vamos a “Configuración” desde el menú Inicio, hacemos clic en el botón correspondiente, vamos a “Privacidad” y luego hacemos clic en la pestaña “Aplicaciones en segundo plano”.
El siguiente paso es tan simple como rápido: Vemos la lista de aplicaciones que se ejecutan en segundo plano y hacemos clic en las llaves para activar o desactivar los servicios.
Pero cuidado: Sólo desactivemos aplicaciones que no utilizamos de forma rutinaria y que sólo consumen memoria y CPU.
Esto significa que los programas que desactivamos ya no funcionaran mas en Windows 10? No, para nada, con solo hacer clic en el icono de la aplicación ya se activara y la utilizaremos sin problemas. En lo único que afecta esto que hicimos es en un retraso de segundos en el proceso de arranque de la aplicación.
Y de esta forma es como quedo.