La guerra de patentes ha llevado a dos de las mayores compañías tecnológicas a lo que nadie deseaba ver: un mayor gasto en patentes que en innovación (I+D).
Según la universidad de Stanford durante los dos últimos años se han invertido un total de 20.000 millones de dólares en temas relacionados con patentes, desde litigios hasta adquisiciones. En el caso de Apple y Google la cantidad desembolsada supera con creces la invertida en investigación y desarrollo de nuevos productos.
Es evidente que las compañías tratan de proteger sus productos a toda costa y que, para cubrirse las espaldas, necesitan hacerse con nuevas patentes, pero el tema está adquiriendo un nivel realmente absurdo.