Foxconn ha anunciado unas pérdidas récord de 226 millones de dólares durante la primera mitad del año. Como era de esperar, el coloso chino ha localizado fácilmente a los culpables de este roto y achaca el resultado a la crisis que azota con virulencia a Europa y al frenazo global de la economía.
Y toca tomar medidas para enderezar el asunto, para lo cual Foxconn trasladará parte de la producción ubicada en las plantas de Shenzen a otras situadas en el norte de China, al tiempo que está negociando con los operadores de telefonía móvil china la posibilidad de fabricar terminales de marca blanca. Las voluminosas pérdidas sin duda asustan, pero el fabricante cuenta con suficiente dinero en caja como para afrontarlas sin mayores problemas a corto plazo.