Una vez que salga a Bolsa, la firma deberá ‘transformar’ a sus empleados para seguir siendo exitosa; Facebook también debe convencer a Wall Street de que el uso que le da al dinero es el correcto.
Cualquier día de éstos Facebook organizará una fiesta deslumbrante. ¿Y por qué no? No todos los días una compañía debuta en Bolsa por decenas de miles de millones de dólares.
Festeja Facebook, pero cuídate del día siguiente. Más bien, cuídate del año siguiente y del año que le siga a ése.
Porque una vez que la red social reciba esa masiva inyección deliquidez, la compañía podría verse afectada por algo que duele más y dura más que una resaca: un cambio de cultura. ¿La razón? Es simplemente difícil generar pasión, humildad y la paranoia a gran escala (los valores definitoriosde una empresa dinamizada) cuando todos están con la panza llena y el corazón contento.
Y tras la fiesta, Facebook se sentirá exactamente así, feliz y satisfecho, en especial el personal demás antigüedad y aquellos que controlan el barco: sus directivos.
Oh, vamos, me dirán, los ejecutivos de Facebook no son tontos. No permitirán que la Oferta Pública Inicial (OPI) cause estragos en su cultura ganadora. Y estamos de acuerdo…sólo con la primera parte de esa afirmación. Es cierto que muchos directivos de Facebook son los mejores en su área, basta ver lo que han logrado hasta ahora.