Un meme compartido por empleados de Electronic Arts resume la tensión dentro de la compañía. El meme se trata de un personaje preguntando a varios CEOs qué quieren, y ellos responden, IA. Luego pregunta, ¿Para qué?, y los ejecutivos contestan, ¡No sabemos!. Esa broma, que generó risas en los chats internos. Pero refleja una brecha creciente entre los directivos y los trabajadores sobre el papel que debe tener la inteligencia artificial dentro de la empresa.
Mientras grandes compañías como Microsoft o Shopify obligan a sus empleados a usar IA en sus tareas. Muchos sienten que estas herramientas aumentan su carga laboral y los exponen a ser reemplazados. En EA, desarrolladora de The Sims, Madden NFL y Mass Effect, la dirección lleva más de un año presionando a su plantilla de casi 15.000 empleados para incorporar la IA en prácticamente todo. Desde escribir código y crear arte conceptual hasta preparar conversaciones delicadas sobre desempeño o promociones.
Documentos internos muestran que el personal debe realizar cursos de capacitación y utilizar a diario herramientas de IA como ReefGPT, el chatbot interno de EA. Se espera que los empleados vean a la IA como un socio de pensamiento, capaz de acelerar tareas y apoyar la gestión. Pero, varios trabajadores aseguran que estas herramientas generan errores, código defectuoso y respuestas incoherentes, lo que les obliga a invertir más tiempo corrigiendo resultados.
Temor entre los creativos
Algunos desarrolladores dicen que se les pide entrenar los modelos con su propio trabajo, lo que ha generado temor de que artistas y diseñadores pierdan relevancia. Un ex empleado de Respawn Entertainment relató que su despido se debió en parte a que la IA ya podía realizar parte de sus funciones, como analizar y resumir retroalimentación de testers.
La tensión no se limita a EA. En una encuesta global del Game Developers Conference y Omdia, casi un tercio de los creadores de videojuegos afirmó que la IA generativa está afectando negativamente al sector, mientras que la mitad expresó preocupación por su ética y riesgos de robo de propiedad intelectual o sesgos en los algoritmos.
El analista Doug Creutz de TD Cowen resumió el problema con una frase directa, “Es un problema cuando los perros no quieren comer su propia comida”. Si los mismos creadores que impulsaron la tecnología del gaming desconfían de la IA, resulta difícil que la adopción avance.
Una apuesta de riesgo
El CEO Andrew Wilson defiende que la inteligencia artificial “es el núcleo del negocio” y que siempre fue parte del desarrollo creativo en EA. No obstante, la empresa reconoció en su informe anual ante la SEC los riesgos legales y reputacionales asociados al uso de IA, incluyendo pérdida de confianza del consumidor o daño a las marcas.
El impulso hacia la automatización coincide con una caída del 9,4% en los ingresos netos de EA durante el último año fiscal, y una baja del 28% en el último trimestre. En paralelo, toda la industria de videojuegos redujo personal tras el auge de la pandemia, más de 14.000 despidos en 2024, según Aldora Intelligence.
Expertos como Jackson G. Lu, profesor del MIT Sloan, sostienen que la aceptación depende de asignar a la IA las tareas adecuadas. Cuando se trata de análisis numérico o predicciones, los empleados tienden a confiar en la IA. Pero cuando el trabajo es creativo o emocional, prefieren mantener la intervención humana. “Si se encuentra el equilibrio correcto”, señala Lu, “hasta los escépticos terminan adoptándola”.






