Durante su conferencia de resultados, Microsoft confirmó una disminución del 13% en las ventas de Xbox Series X y Series S en comparación con el mismo período del año anterior. Aunque esta caída podría haber afectado a los ingresos de la división gaming, sorprendentemente, lograron aumentar en un 1%.
Sin embargo, estos resultados no alcanzaron las expectativas de Microsoft, y se atribuye en gran medida a la falta de popularidad de las consolas Xbox Series S y Series X en comparación con PlayStation 5 y Nintendo Switch, que siguen disfrutando de un gran momento y desafían el crecimiento de las consolas de Microsoft.
A pesar de las ventas, los servicios como Game Pass siguen siendo fundamentales para Microsoft, generando una parte significativa de los ingresos de la división gaming, y el número de horas de juego sigue en aumento según los últimos informes de la compañía.
Los exclusivos de Xbox no tienen éxito
Lamentablemente, los últimos exclusivos para Xbox Series X y Series S no han tenido el éxito esperado, y el muy esperado Redfall resultó ser un fracaso. La esperanza de mejorar todo esto, recae en Starfield, el próximo juego que podría marcar un punto de inflexión. Además, la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft podría permitirles optimizar mejor sus juegos y mejorar el rendimiento de títulos como Call of Duty, aprovechando al máximo la potencia de Xbox Series X.
Fuente: WCCFTECH