El que un CEO reciba bonificaciones millonarias aunque haya llevado a una compañía a la ruina no es novedad, lo extraño es que a pesar de ser exitoso y recibir dinero merecido decida repartirlo entre sus trabajadores.
Ese es precisamente el caso de Yang Yuanqing, máximo responsable de Lenovo, quien después de demostrar su talento como líder dirigiendo al fabricante de ordenadores decidió repartir tres millones de dólares entre los trabajadores. Esta jugosa bonificación le fue concedida por haber conseguido un explosivo crecimiento de ingresos y unidades distribuidas pese a los problemas económicos por los que atraviesa el mercado informático, así que no se puede decir que no merezca reconocimiento por su trabajo.
Con esto dicho, su donación no será despilfarrada por sus receptores en mansiones ni yates, porque esos tres millones de dólares se dividieron en paquetes de 300 dólares, que después fueron repartidos entre 10.000 trabajadores de planta, asistentes y otros empleados de rangos inferiores. Los favoritismos no son buenos, pero admitimos que Yuanqing acaba de convertirse en uno de nuestros CEOs preferidos.