Esta semana, Google sufrió una gran derrota al perder la demanda antimonopolio presentada por Epic Games. El jurado encargado determinó que operaba un monopolio en Google Play Store. Luego de tres años, se concluyó que la tienda y su servicio de facturación constituían un monopolio ilegal.
El jurado favoreció al desarrollador al responder afirmativamente a todas las cuestiones planteadas, incluyendo si Google tenía un poder de monopolio en los mercados de distribución de aplicaciones de Android y servicios de facturación, y si Epic Games resultó perjudicado por estas prácticas.
En 2020, Epic Games demandó a Google debido a desacuerdos sobre las tarifas en Fortnite, alegando que Android y Google Play Store formaban un monopolio ilegal. El caso expuso acuerdos secretos de ingresos entre Google, fabricantes de teléfonos y desarrolladores de juegos.
Google perdió ante Epic Games.
Wilson White, vicepresidente de asuntos gubernamentales y políticas públicas de Google, anunció la intención de apelar la decisión.
Epic Games decidió no pedir una compensación económica en su demanda. En cambio, busca la posibilidad de que cada desarrollador introduzca sus propias tiendas y sistemas de facturación en Android. El juez James Donato es quien tomará las decisiones, programando una reunión en enero para discutir soluciones.
El juez rechazó la solicitud adicional de Epic y no tiene intención de decidir el porcentaje de tarifa que debería cobrar Google. Aunque Epic no busca daños y perjuicios, su director ejecutivo, Tim Sweeney, sugiere que la empresa podría ahorrar cientos o incluso miles de millones de dólares al evitar las tarifas de Google.
Fuente: The Verge