El problema está en que según las leyes neozelandesas la Oficina Gubernamental de Seguridad en las Comunicaciones solo tiene potestad para espiar a extranjeros y no a residentes: La GCSB ha admitido que estuvo espiando a Dotcom y su socio holandés Bram van del Kolk en 2012, asegurando que desconocían que en ese momento los fundadores de Megaupload ya habían obtenido la residencia legal en Nueva Zelanda.
El nuevo fallo del Tribunal de Apelaciones de Nueva Zelanda deja abierta la posibilidad de que el informático alemán busque una indemnización por daños y perjuicios; y a su vez autoriza a la GCSB a sumarse junto con la Policía neozelandesa al proceso judicial contra Dotcom, cosa que la defensa del alemán quería evitar por considerar que al ser ilegal el espionaje realizado al fundador de Megaupload, las pruebas recopiladas no deberían utilizarse en el juicio.
Como siempre parece que el empeño de los abogados de Dotcom es para ganar tiempo y evitar la extradición que el Gobierno de Estados Unidos viene pidiendo desde hace tiempo para juzgarlo por distintos delitos de piratería informática, crimen organizado y blanqueo de dinero.