Un diseñador de IBM, tenía como una de las 100 cosas a resolver en su lista de tareas del día. Reiniciar la máquina en la que trabajaba para comprobar el estado de la memoria llevaba mucho tiempo y había que buscar formas más rápidas para evitar esa espera.
A Bradley se le ocurrió crear un atajo de teclado que reseteara la máquina pero que no hiciera comprobación de memoria. La combinación elegida pasaría a la historia, aunque durante muchos años pasó desapercibida. La rescataría para el gran público alguien que seguramente les suene: Bill Gates.
Bradley ni siquiera pensaba que fuera a formar parte de la cultura informática general como acabó haciéndolo. En aquella época tenía cosas más importantes en las que pensar: IBM tenía prisa por crear su PC, y el proyecto “Acorn” tenía que avanzar rápido.
Y para ese avance era necesario ganar más tiempo, algo que permitió aquel atajo de teclado. Bradley y el resto de los ingenieros lograron su objetivo, y aquel PC que se lanzó en otoño de 1981 superó todas las expectativas de venta, cambiando el panorama de la informática para siempre.
Sin embargo, aquel atajo permaneció en el baúl de los recuerdos hasta que Microsoft Windows comenzó a popularizarse y recurrió a aquel atajo para que los usuarios pudieran reiniciar sus ordenadores tras la aparición de las no menos legendarias Pantallas Azules (BSOD).