El responsable de Blizzard, Mike Morhaime, ha admitido que hay muchas cosas en cuanto a jugabilidad que corregir en Diablo III. También ha aprovechado para defender el polémico sistema integrado en el juego que obliga a los jugadores a estar conectados a internet mientras juegan al título.
Diablo III es «una experiencia con conexión a internet constante». Según Morhaime, esta medida es una forma de asegurar la integridad del juego a largo plazo, así como de evitar las copias.
Para Diablo III, nos fijamos en las ventas de otros juegos de Blizzard o famosos superventas de PC y sus reservas», ha explicado Morhaime a través de una carta dirigida a la comunidad. «Incluso nos aseguramos de aumentar nuestra capacidad adicional, o eso pensábamos. Al final, no fue suficiente».
Desde el estudio aseguran que tuvieron muchos problemas al pasar de 0 a 6 millones de jugadores alrededor del mundo en cuestión de días, lo que provocó que muchos jugadores no pudieran conectarse a los servidores internos para empezar a jugar, aún con el título adquirido.
Morhaime es consciente de que el juego «no es perfecto», pero asegura que su equipo está trabajando mucho para mejorarlo y escuchando todo lo que los jugadores tienen que decir. Estas mejoras se verán en el próximo parche, como ya indicó la compañía anteriormente, además de próximas mejoras en el aspecto social del juego.