La firma de analistas DFC envió un e-mail que actualiza su pronóstico de hardware de juego para 2020 reflejando la actual interrupción económica mundial. La firma espera que el COVID-19 obligue a Microsoft y Sony a retrasar sus sistemas de siguiente generación hasta 2021 ya que las cadenas de suministro y fabricación están en interrupción.
“La conclusión es que el coronavirus probablemente tenga un gran impacto a corto plazo en la entrega de ambos sistemas. Hay altas probabilidades de que uno o ambos sistemas no se lancen en 2020. Si los sistemas se lanzan, el suministro probablemente se verá limitado y los precios iniciales podrían ser más altos de lo que se esperaba,” escribió la firma en el correo.
“Actualmente la economía se encuentra en un estado de incertidumbre sin precedentes. Incluso si la situación se calma en un par de semanas, la habilidad de fabricar y lanzar un nuevo sistema de juego de alta gama ya sufrió un impacto severo.”
La firma nota que la crisis debería ser a corto plazo y que más bien ayudará a aumentar la demanda, teniendo como resultado a largo plazo más ventas. Pero aún así la disponibilidad en las tiendas debería ser más baja, y un retraso impactará cualquier título exlusivo de siguiente generación lanzado en alguna de las dos plataformas. Afortunadamente Microsoft no lanzará ningún juego exclusivo para la Xbox Series X, y Sony seguramente mantendrá los suyos al mínimo.
“Tanto la PlayStation 5 como la Xbox Serie X serán lanzadas con récord de demanda. El desafío al que se enfrentan Sony y Microsoft es asegurarse de que sus sistemas satisfagan las expectativas. Dada la situación actual, esperar para entregar un producto completo es la elección más prudente.”
Ninguna de las dos compañías ha confirmado oficialmente un retraso, y ambas consolas aún están programadas para salir en la temporada navideña de 2020.