Un adolescente de 18 años murió este fin de semana en Taiwán, probablemente por un fallo cardiovascular producido después de pasar cuarenta horas seguidas jugando a Diablo III.
La tercera entrega de la saga de rol y acción de Blizzard está ofreciendo a los jugadores buenos momentos de ocio, pero la muerte del joven taiwanés abre el debate sobre el excesivo tiempo empleado por los usuarios y el grado de inmersión que se puede alcanzar en este tipo de juegos.
Parece que el joven reservó una habitación privada en un cibercafé y estuvo 40 horas seguidas jugando,sin salir del local y sin comer. Tras la alerta de una empleada, el jugador murió en el hospital.
“Nos entristece la noticia. Nuestro pésame a los familiares y amigos. No queremos realizar más comentarios sin saber las circunstancias que han envuelto al suceso”, explican desde Blizzard mientras las autoridades realizan la autopsia e investigación.
Esta es la segunda muerte en Taiwán en lo que va de año en un suceso relacionado con el abuso de videojuegos.