Seguramente para la mayoría de las personas seria muy difícil mantenerse fuera de las redes sociales durante seis días, y ni hablar para los adolescentes. Con esto dicho, la historia que les cuento hoy es de un niño de 12 años que logró resistir las tentaciones de TikTok, Instagram y todas las demás plataformas durante seis años completos, por lo que su madre lo recompensó con 1,800 dólares.
Lorna Goldstrand Klefsaas desafió a su hijo Sivert, de 12 años, a mantenerse alejado de las redes sociales hasta que cumpliera los 18, con la promesa de un premio en efectivo en su cumpleaños si lograba la hazaña.
Lorna dice que la idea surgió de un desafío que escuchó en la radio llamado «16 por 16» que involucraba a una madre que le daría a su hija de 12 años 1,600 dólares en su decimosexto cumpleaños si permanecía fuera de las redes sociales hasta ese momento. Lorna le ofreció a su hijo el mismo desafío, pero lo cambió a seis años y agregó $200 adicionales: 18 por 18, esencialmente.
6 años sin redes sociales
Afortunadamente para Sivert, no utilizaba mucho las redes sociales cuando hizo la apuesta y la única aplicación que tenía era Snapchat, que eliminó un día después de probarla. «No diría que hubo un momento en el que pensé que estaba a punto de romper algo», dijo Sivert, y «a medida que todo esto avanzaba, era más una cuestión de orgullo».
Sivert dijo que sus amigos lo ayudaron a mantenerse al día con las últimas tendencias en las redes sociales. También agradeció no estar metido en los «dramas innecesarios» que a menudo acompaña a Facebook, Instagram, etc. También hubo otros beneficios, como tener más tiempo para concentrarse en los estudios y los deportes.
Cuando se le preguntó si se meterá de lleno en las redes sociales ahora que la apuesta ha terminado, Sivert dice que ya se unió a Instagram, aunque los años de distancia lo han dejado con pocas ganas de participar en la red social. «Definitivamente hay una curva de aprendizaje en todo esto», dijo Sivert. «Veo a mis amigos hacer de todo, mostrando su vida a través de sus aplicaciones de redes sociales y yo, todavía no puedo hacer eso».
El desafío fue impulsado en parte por las hermanas de Sivert, quienes, según Lorna, estaban «demasiado absortas» en sus aplicaciones mientras crecían. «Las redes sociales, estaban afectando sus estados de ánimo, sus amistades y a veces todo eso era un poco depresivo», dijo.